Puesto que en los hogares eslovacos aún se encuentran los residuos de las fiestas de Pascua, que son los huevos pintados, conejitos, polluelos y corderitos, empezaremos visitando el pueblo de Kraskovo donde suelen pintar las Kraslice. Justamente en este periodo en nuestra capital suelen ponerse en funcionamiento las numerosas fuentes artificiales relacionadas con varias leyendas. Y antes de despedirnos les brindaremos la visita al castillo de Muráň.
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Ladislava Hudzovičová