Con ocasión de celebrarse ayer el Día del Holocausto y la violencia racial el presidente Andrej Kiska y el jefe del Gobierno Robert Fico rindieron homenaje a las personas que fueron víctimas de la intolerancia racial durante la Segunda Guerra Mundial.
“Recordar los horrores del Holocausto es obligación de todo ciudadano consciente. Especialmente en esta época, cuando aumenta la simpatía hacia el neonacismo y la intolerancia racial“, afirmó Kiska durante el acto de piedad. El premier Fico enfatizó la verguenza eterna de todos los que tomaron parte en el Holocausto llevado a cabo en nombre de los ideales del fascismo. En el evento tomó parte también el obispo general de la Iglesia Evangélica de la Confesión de Augsburgo en Eslovaquia, Miloš Klátik, que demostró a los presentes el llamado Código Judío aprobado en 1941por el Estado Eslovaco. Éste dio inició al proceso de discriminación, segregación y finalmente la deportación de los judíos a los campos de concentración.