En la cumbre de la UE, el presidente eslovaco expresó su postura sobre las candidaturas de Costa y Kallas

Durante las deliberaciones del Consejo Europeo extraordinario, cuyo objetivo era llegar a un acuerdo previo sobre los cargos más importantes en las instituciones de la UE, Eslovaquia expresó su postura y observaciones sobre el candidato a presidente del Consejo Europeo, António Costa, y la candidata a jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas. El presidente Peter Pellegrini, que representó al primer ministro Robert Fico en la cumbre, confirmó que las negociaciones concluyeron sin un consenso claro sobre tres nombres: el Partido Popular Europeo (PPE) propuso a su jefa en funciones, Ursula von der Leyen, para la presidencia de la Comisión Europea (CE), los socialistas europeos propusieron al ex primer ministro portugués António Costa para el puesto de presidente del Consejo Europeo, y los liberales reclaman el puesto de jefa de la diplomacia de la UE para la primera ministra estonia, Kaja Kallas. Está previsto que la decisión final se tome al término de la cumbre de la UE que se celebrará la próxima semana en Bruselas. Pellegrini precisó que en esta situación no podía confirmar el apoyo abierto de Eslovaquia a la permanencia de Von der Leyen al frente de la CE, pero en la cumbre quedó clara la postura de Eslovaquia hacia Costa y Kallas. Eslovaquia puede apoyar a Costa, pero Pellegrini dijo que Costa, como miembro del Partido Socialista Europeo (PSE), debería reconsiderar su postura hacia los partidos Smer-SD y Hlas-SD, cuya afiliación a esta familia política fue congelada el pasado mes de octubre. Sobre Kallas señaló que la situación geopolítica en el mundo es tan complicada que el nuevo jefe de la diplomacia de la UE debe presentar una visión más amplia de los acontecimientos mundiales y no limitarse a promover su actual visión de la agresión rusa en Ucrania. Si Kallas espera un apoyo más amplio, debería presentarse ante los líderes de los Estados miembros y exponer una visión geopolítica más amplia, es decir, cómo percibe otros conflictos, por ejemplo, el de Oriente Próximo u otras amenazas crecientes en el mundo.