Estamos empezando con la medición selectiva. Con mediciones precisas registradas y evaluadas sabremos qué medidas tomar para eliminar el aumento de la concentración de radón en el aire.
Declaró Jozef Božik, presidente de la Asociación de Ciudades y Municipios de Eslovaquia que está lanzando un proyecto piloto de medición del radón cancerígeno en colaboración con la Universidad Comenius de Bratislava y la Liga contra el Cáncer. Quieren centrarse principalmente en las instalaciones escolares y preescolares, pero también en los hogares de servicios sociales y, posteriormente, también en los pisos municipales y los locales urbanos. Esto se aplica a los locales situados en la planta baja, en sótanos y bodegas. Esta iniciativa responde a la legislación aprobada en Eslovaquia en 2018. No se trata solo de la medición en sí, sino también de educar a la gente, ya que todavía no se habla mucho de este tema. El objetivo es trazar un mapa de la situación y, a lo largo de varios años, contribuir a prevenir el aumento del cáncer o de las enfermedades relacionadas con el cáncer, también mediante el control del radón y la eliminación de su impacto. En términos de incidencia del cáncer, el radón es la segunda causa más común de cáncer de pulmón, después del tabaquismo.
El radón se forma a partir de la desintegración radiactiva del uranio y el radio en las rocas y el suelo. A continuación, el radón se convierte en plomo y polonio, todos ellos elementos cancerígenos que provocan cáncer. El radón es un gas que el ser humano no puede ver ni oler. Constituye un peligro para el suelo y los sótanos, no para los pisos superiores. En las viviendas cuando no se ventila, sobre todo durante los meses de invierno o los meses más fríos de otoño y primavera, hace que se fije en la sangre y puede provocar cáncer de pulmón.
Al estar la casa menos ventilada, puede acumularse en ella y alcanzar a veces concentraciones muy elevadas. Cuanto mayor sea la concentración y más tiempo se permanezca en un espacio habitable de este tipo, mayor será el riesgo de cáncer de pulmón.
Explicó Monika Müllerová, de la Facultad de Matemáticas, Física e Informática de la Universidad Comenius, y añade que la ventilación es la clave y que, si no sirve de nada, hay que hacer varias modificaciones en el edificio, como estirar la impermeabilización o láminas antirradón. El proyecto está abierto a los municipios, pero también a los propios vecinos, que pueden ponerse en contacto con el alcalde o el intendente, o directamente con la Asociación de Ciudades y Municipios si están interesados. La asociación no prevé costes elevados en relación con los dispositivos de medición y detección, pero propone una ayuda financiera del Estado en forma de subvención o a través de fondos de la UE en el caso de las modificaciones de construcción necesarias.
Medición del radón
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