Han pasado 74 años desde hace el comienzo del levantamiento eslovaco contra el fascismo. Hoy día están surgiendo también algunas voces críticas sobre cómo fue dirigida la insurrección y si no hubiera sido posible conducirla de otra manera. De todo ello me gustaría hablarles más adelante. Antes, una corta encuesta:
"Surge la polémica sobre si podemos considerar de verdad la Insurrección Nacional Eslovaca como un levantamiento de toda la nación".
"Seguro que no fue simple para nadie. Nuestros abuelos fueron los héroes, sin lugar a dudas".
"Para el pueblo eslovaco es una fecha extraordinariamente importante. Ya no sabemos ni imaginarnos qué dura era la vida y qué coraje debieron tener nuestros antepasados para oponerse al fascismo".
"Siempre tenemos que ser muy cautelosos para defender los principios democráticos por los cuales lucharon los participantes de la insurrección".
"Considero la insurrección nacional como la expresión del rechazo al totalitarismo y al nacismo, así como una puerta a la Europa democrática".
Tres caracteres, S N P, según las letras en eslovaco Slovenské národné povstanie, se han convertido en el símbolo de la resistencia al fascismo. En diciembre del año 1943 fue firmado en Bratislava el llamado Acuerdo de Navidad. Con base a este documento fue fundada la Asamblea Nacional Eslovaca, órgano político que coordinaba la lucha partisana. Al estallar la insurrección la asamblea eslovaca dejó de ser ilegal. En julio de 1944 vinieron también a nuestro país equipos soviéticos, con el fin de colaborar en la organización del levantamiento con el movimiento nacional. Originariamente habían planeado dar inicio a la insurrección en una fecha más tardía, pero la intervención alemana les obligó a actuar inmediatamente. Cuando se divulgó la noticia de que los alemanes estaban descargando su transporte en el pueblo de Horný Hričov, el teniente coronel Ján Golian dio la orden. Continúa hablando el historiador Ivan Kamenec. Todas las siguientes grabaciones provienen del archivo de la radio eslovaca:"Golian pronunció la contraseña secreta: "Empiecen con el desalojo", o sea "Empiecen con la resistencia militar" contra el ejército ocupante".
La ciudad de Banská Bystrica se convirtió en cuna y corazón de la insurrección nacional. Estaba allí donde fueron puestas en marcha las primeras transmisiones de la radio partisana. Escuchemos a Ludvík Svoboda, coronel del Ejército Checoslovaco, más tarde general de las Fuerzas Armadas y, finalmente, presidente del país: "El 29 de agosto la emisora de Banská Bystrica anunció a todo el mundo que en Eslovaquia había estallado la resistencia armada contra el gobierno colaboracionista, empezando así una lucha a muerte. La orden era proceder hacia el paso de Dukla, por las montañas de los Cárpatos, en dirección a la ciudad de Prešov".
La noticia sobre el surgimiento de la Insurrección Nacional Eslovaca fue recibida con mucha ilusión por el Gobierno Checoslovaco en el Exilio, que residía en Londres. Lo indican las palabras del ministro eslovaco, Juraj Slávik:"Mi país natal, la tierra eslovaca, ha sido la primera en dar la bienvenida a los liberadores y a sus hermanos, los soldados del Ejército Checoslovaco. Se está acercando el tiempo en que toda Eslovaquia será liberada y esta ola de libertad continuará por Moravia a Chequia. En este momento histórico el Gobierno eslovaco quiere expresar su inmenso agradecimiento a los participantes en la insurrección por todo lo que están haciendo por nosotros".
Los primeros combates ocurrieron el 30 de agosto, en la ciudad de Žilina. En los comienzos de la insurrección 18.000 soldados y oficiales luchaban contra las tropas de Guardía de Hlinka. Tras dos reclutamientos el Primer Ejército Checoslovaco ya estaba formado por 60.000 hombres. Junto con ellos luchaban contra las fuerzas nazis 12.000 partisanos. Moscú puso a su disposición 396 toneladas del material militar y 2000 soldados más. Peter Šumichrast del Instituto Histórico Militar precisa:"Los ingleses nos abastecieron con material sanitario, y también llegó un equipo de periodistas de Gran Bretaña. Los EE UU nos concedieron 24 toneladas del material militar. Los partisanos en aquel momento no se encontraban solamente en el territorio usurpado por ellos, sino también fuera de este espacio. Según estiman los historiadores tuvieron que enfrentarse a cerca de 25.000 soldados del ejército nazi".
Las unidades fascistas especiales suponían que en cuatro días aplastarían el levantamiento. Sin embargo, durante dos meses no lograron liquidar las posiciones de partisanos y soldados aliados. El cambio de estrategia fue debido al ataque alemán dirigido desde la zona sur, debido al cual a partir de finales de octubre toda la insurrección fue llevada a cabo en las montañas a la manera partisana. De este modo los combates continuaron hasta la victoria, en primavera de 1945. Después del año 1989 empezaron a surgir ciertas dudas sobre si la insurrección no hubiera sido también la causa de varias tragedias y que hubiese habido un número de víctimas elevado. Se trata de lo conocido - qué habría pasado, si ello no hubiera ocurrido... El miembro de la Insurrección Nacional Eslovaca Ivan Institoris, entrevistado por la Radio Eslovaca hace 15 años, recuerda: "Yo participé en grupo de partisanos llamado Flora y no tenía nada que ver con el comunismo. En la guerra suceden tragedias, en ambos lados del frente. No sé nada de que los partisanos incendiasen algún pueblo, o algo parecido. Eran los fascistas los que sin misericordia mataron y arrasaron todas las poblaciones. No obstante, en todos los lados hay traidores, incluidos los partisanos. Bueno, entre la gente hay de todo".
El Levantamiento Nacional Eslovaco es uno de los acontecimientos históricos más relevantes. Tal y como se desprende de la encuesta pública, realizada en marzo de 2018 por el Instituto de Cuestiones Públicas de Eslovaquia y el Centro para la Investigación de la Opinión Pública de Chequia, la Insurrección Nacional Eslovaca de 1944, es el acontecimiento histórico de los siglos XX y XXI que los eslovacos más valoran. La razón es obvia, fue la manera de reaccionar a la política de colaboración del gobierno eslovaco con el poder nazi. Esta reacción tomó el nombre de Insurrección Nacional Eslovaca y gracias a ella Eslovaquia, al acabar la Segunda Guerra Mundial, pudo estar en la parte de los aliados, vencedores de aquella matanza sangrienta.