Ladislav Medňanský y sus recuerdos de la Primera Guerra Mundial

Ladislav Medňanský y sus recuerdos de la Primera Guerra Mundial

Ladislav Medňanský es considerado uno de nuestros artistas más importantes. Como pintor impresionista creaba sus cuadros en los talleres en Viena, Paris o Budapest. Pero la mayor parte de su vida pasó en el castillo de Strážky debajo de los Altos Tatras. Además, fue el único artista eslovaco que tomó parte en la Primera Guerra Mundial como corresponsal de guerra. En aquel entonces ya tenía 64 aňos, por ello resulta sorprendente que se fuera a la guerra a esta edad.

Además, antes se había dedicado exclusivamente al arte, en su mayoría al paisajismo. ¿Qué motivos tuvo Medňanský para tomar esa decisión? Esta pregunta nos va a responder la historiadora del arte Žofia Kissová Szemanová:

“Medňanský desde su juventud anhelaba tener la experiencia de la guerra. Hay que decir que tenía un carácter complejo. Por un lado amaba la naturaleza, la belleza, a la gente, sobre todo, a la gente humilde, de la que apreciaba su bondad. Por otro lado le impresionaban las catástrofes, situaciones extremas, que despertaban el lado oscuro de la gente. Por ejemplo, cuando era joven viajó a Seged, cuando allí ocurrían grandes inundaciones para ver el sufrimiento, ver cómo la gente se comportaba en una situación de emergencia. Siempre le interesaron las polaridades del carácter humano. Por ello podemos decir que Medňanský esperaba una gran oportunidad para poder investigar el lado oscuro de la humanidad, y la guerra seguramente lo es.”

Para Medňanský no fue nada fácil hacerse miembro del grupo de corresponsales de guerra, debido a su edad. Su cuňado tuvo que apelar ante el primer ministro para que lo aceptasen. Desde el punto de vista del historiador de arte, ¿valió la pena ese esfuerzo? ¿Cómo se reflejó esta experiencia fatal en su arte?

Los cuatro aňos que duró la guerra los pasó directamente en el frente. Su tarea consistía en hacer esbozos de lo que allí ocurría y luego pudo trabajar sobre esos borradores en el taller. De esta manera Medňanský participó en el frente italiano, serbio o ruso. Naturalmente muy pronto se dio cuenta de lo terrible que era la guerra. En sus diarios podemos leer estas palabras: ¡Qué termine lo más pronto posible este sueňo horroroso, lleno de sangre!” A pesar de ello, cuando por error lo eliminaron del ejército, de nuevo se inscribió y no abandonó el campo militar hasta los últimos días de la guerra. En cuanto a su obra, me parece lo más importante que Medňanský no se dedicaba a victorias, no glorificaba aquel desastre, sino enfocaba sobre todo el enorme sufrimiento de los soldados, de todos los afectados por la crueldad bélica.”

En los cuadros de Medňanský vemos por ejemplo a los prisioneros de guerra, que como todos los soldados corrientes, se encuentran en esa situación terrible sin tener culpa de ello. Otro de los frecuentes motivos de Medňanský es la gran cantidad de cadáveres, a menudo ya semi podridos. Medňanský nos ha dejado además sus diarios, escritos en húngaro, pero con el alfabeto griego, los que ha descubierto precisamente la historiadora de arte Žofia Kissová Szemanová:

“Yo diría que el legado de sus diarios consiste, sobre todo, en la apreciación del enorme valor del humanismo. Medňanský conocía muy bien a todos los tipos de las personas que tomaron parte en la guerra, vivió con ellos su sufrimiento y ello se nota en sus diarios. Leyéndolos destaca la compasión.”

Una parte de la obra de Ladislav Medňanský, creada con base a su experiencia en la Primera Guerra Mundial, es posible ver actualmente en el Museo Municipal de Bratislava, en el que se presenta la exposición dedicada al centenario de este acontecimiento histórico. 

 

Mária Mangová

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