¿Saben que la familia real espaňola tiene, o mejor dicho, tenía, algunos vínculos con Eslovaquia? Para explicárselo hay que seguir las huellas de la infanta espaňola Isabel Alfonsa María del Borbón. La princesa se casó el 9 de marzo de 1929 con Juan Kanty conde Zamoysky, nacido en el pueblo de Stará Ľubovňa y a la vez el heredero del balneario de Vyšné Ružbachy.
Y precisamente el balneario de Vyšné Ružbachy es el sitio, a donde hay que ir para saber más sobre las relaciones entre nuestro país y la familia real espaňola. Cuando uno entra en la central casa del balneario, lo primero que ve es el retrato común de Isabel y Zamoysky. Es que después de la boda Juan e Isabel vivieron en el castillo de Stará Ľubovňa, convirtiendo el cercano balneario de Vyšné Ružbachy en el mejor sanatorio europeo de aquel entonces. Más nos dirá Radoslav Baberčík de Zamoysky Instituto, que se dedica a la historia de Vyšné Ružbachy y Stará Ľubovňa:
“La noble familia de los Zamoysky es de origen polaco y tenía varios vínculos con la familia real espaňola. Antes de hablar sobre la princesa Isabel y Juan Kanty, quiero decirles que ya el padre de Juan Kanty, Andrej, se casó con la infanta espaňola Carolina de Borbón, princesa del Reino de las dos Sicilias. Su boda se celebró en el pueblo de Vyšné Ružbachy, en el aňo 1923. Y lo fue precisamente ese evento extraordinario donde Juan Kanty Zamoysky llegó a conocer a su futura esposa Isabel de Borbón. Lo curioso es que Isabel era su prima.”
La historia de amor de Juan Kanty e Isabel atrae mucho a la gente debido a que parece un cuento romántico. Es que Isabel estaba prometida en matrimonio a un duque espaňol, pero esos planes fueron completamente derruinados cuando se enamoró de Juan Kanty Zamoysky. El amor la llevó muy lejos desde su hogar, hasta el norte de nuestro país.
“La infanta Isabel, a pesar de su sangre real, se adaptó muy bien a diferentes condiciones de vida y contribuyó mucho en el desarrollo de su nuevo hogar. A este montaňoso lugar trajo varias innovaciones. Una curiosidad: Isabel con su espíritu moderno hizo construir en el balneario un tobogán de madera, algo muy raro en Europa de aquel entonces. Se dedicaba al cultivo de plantas exóticas, desconocidas hasta aquel momento por la gente de esta región, cocinaba platos espaňoles y apoyaba al florecimiento de la vida social y cultural de ambos pueblos, de Vyšné Ružbachy y Stará Ľubovňa. Naturalmente, sus huéspedes era miembros de destacadas familias aristócratas, pero también la gente corriente la quería mucho. Lo evidencian diferentes fuentes históricas y además todavía viven un par de personas que la recuerdan en persona”, explica Radoslav Baberčík.
Isabel y Juan Kanty tuvieron cuatro hijos, de los que vive hoy en día sólo uno, su hija Teresa, retirada en el monasterio carmelita en Madrid.
“La pareja estuvo en el norte de Eslovaquia hasta el aňo 1944, cuando escaparon rumbo a Suiza. No les quedó otra sino huir sin llevar consigo nada de sus cuantiosos bienes. Luego, los alemanes les robaron todo, encontrando en Vyšné Ružbachy y Stará Ľubovňa el verdadero tesoro. En el aňo 1945 los Zamoysky se instalaron en la localidad sevillana de Valencia de la Concepción, donde el matrimonio se dedicó a las explotaciones agrícolas. Isabel al quedar viuda en 196 y fallecer dos de sus hijos, y por razones de edad, se retiró a la residencia religiosa de Claune, en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón.