También el famoso balneario de Piešťany tuvo este aňo el motivo para recordarse del centavo aniversario de la proclamación de la primera guerra mundial.
En esta ocasión en el museo balneologico de Piešťany fue inaugurada la exposición que lleva el nombre de Inter Arma Silent Musae y está dedicada a los recuerdos personales de aquella epoca.

Para saber como vivían la primera guerra mundial la ciudad y el balneario de Piešťany la redactora Iveta Pospíšilová visitó la muestra y entrevistó a su organizador y guía, seňor Andrej Bolerázsky.
Todos los ejemplares expuestos - fotografías, documentos y demás objetos - son originales y la mayoría de ellos nunca había sido presentada al público. Parte de ellos proviene de los archivos de nuestro museo, pero otra parte ha sido obtenida de archivos privados o de familiares. Simplemente pusimos un anuncio en un periodico local y la gente nos contactó y nos prestó algunas cosas privadas. Sin embargo, en todos los casos era evidente, que esas personas consideran sus recuerdos como un tesoro y querían tener garantías de que recibirían de vuelta esos recuerdos.
Piešťany en aquel entonces era una pequeňa ciudad con varios miles de habitantes. Se dividía en dos partes: Piešťany vieja o grande que más bien tenía caracter de pueblo agrario que de ciudad y Teplice que tenía fuentes termales, balnearios y por eso contaba con hoteles, restaurantes, casinos y otras infraestructuras destinadas al servicio de los huéspedes.
En la isla balnearia, como la conocemos hasta ahora, estaba solo el hotel Thermia y la casa balnearia Irma. Por eso la mayoría de los huespedes tenía que alojarse en la ciudad y a diario tenía que desplazarse hasta el balneario. Pasaban a traves del puente de madera que más tarde se transformó en el puente Kolonádový. Iban a pie o se desplazaban en los llamados carritos de infantería, pequeňos carritos de 2 ruedas, tirados por hombres. Estos carritos representaban una particularidad de Piešťany y aparecen en muchas postales antiguas de la ciudad.
Como influyó en la vida de la ciudad y del balneario la llegada de la primera guerra mundial? Había algunos cambios?
La guerra, por supuesto, se cobró la vida de muchos pobladores de la ciudad. Según la información que tenemos, durante la primera guerra mundial fallecieron 175 habitantes de Piešťany y cientos de personas resultaron heridas o quedaron lisiadas. En filas del ejercito austro hungaro entraron más de mil hombres de nuestra ciudad. Por otro lado, como en aquel entonces Piešťany ya era un balneario bastante conocido, después de la proclamación de la guerra todos los huespedes civiles tuvieron que marcharse y el balneario quedó plenamente a la disponibilidad de las necesidades militares. El propio director del balneario, Ľudovít Winter, puso los servicios e infraestructuras curativas al servicio del ejercito austro húngaro. Entre los aňos 1914 y 1918 el balneario acogió a más de 100.000 soldados y a varios miles de oficiales provenientes de diversos rincones del imperio austro húngaro. Todos los hoteles y demás infraestructuras que ofrecían alojamianto en ese período fueron puestas a disposición las necesidades del hospital local, que se convirtió en el hospital militar de la Cruz Roja.
Cuantos soldados cabían en todas estas infraestructuras?
La capacidad total de Piešťany era de 2000 camas, pero también esa cantidad era insuficiente. Fue entonces cuando en 1916 para satisfacer las necesidades del ejercito se tomó la decisión de construir la casa balnearia de Pro Patria, que continúa llevando ese nombre y hasta el momento funciona como casa balnearia. Sin embargo, no es para el disfrute de los militares sino de civiles. Puesto que los hombres de entre 18 y 50 que vivían en la ciudad tuvieron que alistarse como soldados, el palacio de Pro Patria fue construido por los prisioneros de guerra rusos y serbios.
Entre las más admiradas destaca la vitrina donde están expuestos varios documentos, objetos y varias fotografías que fueron prestados por los familiares de los mismos soldados.
A menudo se trata de los unicos recuerdos que tienen las familias. Esta gente de verdad estaba preocupada de que no se fueran a perder sus cosas. Una de las fotos más interesantes es la del juramento de cientos de militares de Piešťany y de pueblos adyacentes que tuvieron que marcharse al frente serbio. Los soldados en ella tienen las manos alzadas con tres dedos erectos. La fecha escrita en la foto es 21 de agosto del 1914. El lugar del juramento fue la plaza delante de la iglesia de San Esteban Rey y de allí se marcharon directamente rumbo a la estación de trenes. Dos aňos más tarde en el mismo lugar se produjo la despedida de las campanas. En esta foto podemos ver las campanas ya expuestas delante de la iglesia. Instantes despues fueron llevadas a la fábrica y fundidas para fabricar armas.
Durante la visita al museo tuvimos la suerte de encontrar a una de las personas que habían prestado sus objetos personales.
Cuando éramos niňos, en nuestra familia se hablaba mucho de nuestros antepasados y parientes. Entre mis recuerdos estan los de mi abuelo paterno que falleció en la primera guerra mundial, en los alrededores del río Piave. En aquel entonces mi padre tenía 5 aňos y su hermano 9. En 1917, su madre que aún no sabía nada, no pudo dormir durante una semana y se dió cuenta de que los hijos tampoco dormían. Una noche les preguntó, Anton, duermes? Ervín, duermes? Y ambos les respondieron que no podían dormir. Al día siguiente por la maňana recibieron un mensaje que decía: Ferencz Lukáček falleció tras explotar una granada, tuvo una muerte heróica. Tenía 37 aňos. Fue enterrado en un lugar desconocido situado en la cuenca del río Piave. A nosotros, sus nietos, que no lo pudimos conocer, nos quedaron solo los recuerdos. Los recuerdos son muy importantes. Deberían servir de moraleja. Deberían enseňar a la gente que cualquier solución violenta de un conflicto es cruel y absurda. Pero el hombre es incorregible. Veinte aňos después estalló otra guerra.
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