Durante el período de Adviento se recuperan varias costumbres antiguas, una de ellas son las Es bastante difícil explicar este ritual - las mujeres por las noches arreglaban las plumas para que fuera posible usarlas en edredones, esto es, les quitaban del talle. Pero Páračky no era sólo una actividad laboral, sino también una oportunidad para encontrarse, contar cuentos misteriosos y recordar los tiempos pasados. En el pasado las mujeres preparaban edredones de plumas que pesaban cada uno cuatro kilos. Ahora no se hace así, pero antes cada dueňa de casa tenía que tener por lo menos dos plumazos o endredones grandes y cuatro, seis almohadas. Cada ama de casa, aun la más pobre, tenía que poseer estas cosas, en otro caso no podría casar a su hija.Esta tradición curiosa no ha desaparecido todavía y en varios pueblos suele celebrarse sobre todo durante el período prenavideňo que coincide con los llamados Stridžie dni o "días de las brujas" o también durante los Fašiangy que son los carnavales. En una localidad del pueblo Nedožery, que se llama Brezany, las tradiciones de las Páračky se han conservado hasta hoy día. Nos lo explicó su habitante, seňora Valika Šímová.
Para trabajar la pluma nosotras usamos la pluma del ganso, sin embargo en el pasado se trabajaba también la pluma de pato. Las aves se desplumaban paulatinamente durante todo el aňo y durante el invierno la pluma se trabajaba en las Páračky y luego se producían las almohadas y edredones. Trabajar la pluma es una actividad muy fácil. Se toma una pluma, se tiene por el tronco o el tallo y con otra mano se le quita la parte tierna, la que se usa para llenar las almohadas o edredones.
Las páračky representaban también un importantes evento social.
Puedo decir que el lado social prevalecía sobre el laboral. Para las páračky siempre se reunía muchisima gente, también si la casa era pequeňa, para páračky tenían que caber todos. En primer lugar venían las mujeres, como mínimo 10 y luego venían los muchachos. Ellos sacaban algun instrumento musical, algun acordeon u otro, y a menudo enfadaban a las mujeres soplando en las plumas o incluso habían traído a un pajarito y lo soltaban para que volara en medio de las plumas. Las mujeres enfadadas tenían que tomar alguna escoba, primero para hacer salir al pajarito y luego para arreglarlo todo.
Había también alguna magia o encantos durante las "páračky", verdad?
Las mujeres compartían varias experiencias vividas con sus esposos que a veces, regresando muy tarde de la taberna contaban a sus mujeres que habían encontrado un fantasma que le llevó al cementerio... sabemos que se trataba de excusas.
Las "kostánky" eran almohadas rellenas de los restos de las plumas y de los tallos, entonces representaban una calidad inferior de almohadas, verdad?
Sí, dado que se acostumbraba a tener en la cama dos o tres almohadas, las "kostánky" se ponían bajo la almohada buena, de tal manera que no estuviesen en contacto con la piel.
Las páračky representaban también una ocasión para la arte culinaria. Durante ellas a menudo se comían platos sencillos tradicionales y regionales.
En nuestra región se cocinaban para las "páračky" los llamados "melence", la sopa de melence, las šišky o pagáče.
A las páračky celebradas en el pueblo de Nedožery asistía mucha gente para recordar el pasado, a sus madres o abuelas.
Yo también trabajaba la pluma. Me lo enseňó mi suegra. Creo que en el pasado la gente vivía mejor, más feliz, más alegre, sabían disfrutar del momento y entretenerse juntos. Se compartían los recuerdos y varias experiencias de vida.
Vinieron también varios oriundos del pueblo que se mudaron a la ciudad.
Es muy agradable poder asisitir a la reanimación de esta tradición. Para mí las páračky representan un bellisimo recuerdo de mi infancia. Pero ya han pasado muchos aňos de aquel entonces. Mi madre criaba los gansos y para trabajar la pluma, es decir, para las páračky se reunía toda la familia. Yo tuve que aprenderlo desde pequeňa. Siempre nos reíamos mucho. Y siempre recibíamos algo de comer. En mi casa se distribuían los panecillos con leche.
Yo, de niňa, vivía las páračky muy intensamente. En mi casa se celebraban una vez al aňo. Durante esos días se reunía toda la familia, venían los vecinos y otros amigos del pueblo. Como que venían muchas mujeres, siempre había muchos niňos que tenían que estar sentados en un rincon y ellos recibían también su pluma de trabajar, tenían que aprenderlo. Me recuerdo que a menudo nos entreteníamos soplando en las plumas que luego volaban por todos lados. La cosa más interesante, pero, era que durante las páračky se contaban varias experiencias vividas con los fantasmas o espíritus. Para comer teníamos maíz cocido baňado con miel o espolvoreado con semillas molidas de adormidera. También se preparaban los pampúchy u otras especialidades. Las páračky eran eventos importantes que terminaban a media noche.
Terminando de noche después de haber escuchado los cuentos horribles... no teníais miedo volviendo a casa?
Obviamente, pero en mi caso no tenía que preocuparme, porque asistía a las páračky en mi casa. Sin embargo, los que se iban a casa, ellos sí que tenían miedo.
Si he entendido bien, eran las mujeres las que trabajaban la pluma y los muchachos venían solo para tocar, no?
Los muchachos venían acompaňando a sus parejas. Solían inventar bromas para asustar a las mujeres imitando a los fantasmas. Y las muchachas se reían, mirando a menudo desde la ventana para ver si estaba su novio.
Al final de nuestra visita encontramos a muchachitas muy jovencitas. Es posible que sepan trabajar la pluma?
Sí, nosotras que colaboramos en la organización de este evento hemos aprendido a trabajar la pluma de nuestras abuelas. Debo admitir que entre mi generación nadie sabe trabajar la pluma o nadie tuvo la experiencia necesaria para aprender. Es una pena que una tradición tan linda esté desapareciendo con la generación de los ancianos. Lo siento mucho. Espero que este tipo de eventos pueda ayudar a renovarla.
Páračky
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