La fuerza del bien

La fuerza del bien

La historia de un hombre joven, oriundo de Inglaterra, que viajó en el aňo 1939 a Praga y salvó a casi 700 niňos de la muerte a manos de la Alemania nazi es ahora muy bien conocido en todo el mundo. Estoy hablando de sir Nicholas Winton. Fue su iniciativa personal viajar a la Checoslovaquia de entonces y transportar a 669 niňos, en su mayoría judíos, a la Gran Bretaňa.

Lo impresionante es que Winton se calló sobre este acto heróico durante 50 aňos enteros, hasta que su mujer descubrió en el desván de su casa la documentación con las fotos de los niňos. Más o menos por pura casualidad, el director eslovaco Matej Mináč tropezó con el nombre de sir Winton y luego posibilitó que todo el mundo conozca su historia gracias al documental La Fuerza del bien. Matej Mináč recuerda cómo empezó su encuentro con este gran hombre:

”Yo hice la película Todos mis seres amados, inspirada en la vida de mi madre, Zuzana. Antes de rodarla me había reunido con una gran empresa distribuidora francesa. El guión les gustó, sin embargo, les pareció demasiado deprimente para el público de hoy, dado que narraba la historia de una familia judía y que terminó en Auschwitz. Y me puse a pensar si no sería posible encontrar algo más optimista de aquella época en la vida real. Yo soy sobre todo un documentalista, así que me puse a investigar. Y así encontré el nombre de Nicolas Winton. Fue en el aňo 2000. En aquel momento nadie le conocía y en internet no aparecía ningúna referencia a ese recpecto. Así pues, escribí un esbozo del guión y se lo pasé a una traductora. Y ella me dijo: ”Pero eso no fue así. Los niňos de la estación estuvieron marcados con números.” ”Y usted cómo puede saberlo?” le pregunté. Su respuesta me asombró: ”Yo soy una de los niňos de Winton.” Inmediatamente quise saber más, pero ella me recomendó hablar con el mismo sir Winton: ”Él vive?” Sinceramente, no me lo podía creer. Uno no se imagina que una personalidad de ese calibre pueda vivir tranquilamente en algún lugar. Increíble.”

En aquel momento sir Winton tenía alrededor de 90 aňos. Matej Mináč se quedó estupefacto ante un acto tan extraordinario como el suyo. Y no sólo eso. Al conocerle personalmente, le impresionó su carácter: ante todo su humildad, pero también su sentido del humor y su cordialidad:

“Winton es un hombre sabio y a la vez muy normal, muy natural. Todo el tiempo hace bromas, por ejemplo sobre su muerte. En cada respuesta termina bromeando y aunque hable en serio no lo parece. Todos se sienten muy relajados en su compaňía. Además, es un anfitrión atento, cocina maravillosamente y se ocupa del bienestar de sus huéspedes. Y no tiene respecto a las autoridades, por ejemplo a los policías. Me acuerdo de una historia: Cuando los policías le quisieron poner una multa, y él ya tenía cien aňos, les dijo que tenía que conducir rápidamente porque tenía llena la vesícula. Simplemente, Winton está apasionado con la vida, le encanta muchísimo, eso es lo más obvio. Para él todo es una aventura, y también el rescate de los niňos en 1939 fue una aventura, un llamamiento. A la edad de cien aňos se puso a fundar una casa de jubilados. La caridad, la ayuda a los demás, le da mucha energía.”

Quizás estas características puedan servir de inspiración para todos nosotros. A mi modo de ver, podríamos considerarlas como un método para alargar la vida, dado que sir Nicholas Winton va a celebrar el 19 de mayo 105 aňos.

Matej Mináč, el director eslovaco, y no checo, como introducen varias fuentes en internet, primeramente rodó sobre el seňor Winton y su plan de rescate de los judíos el documental titulado La Fuerza del bien. Eso fue en el aňo 2002. No obstante, la historia fue tan fuerte, que le inspiró a los creadores para hacer otra película, esta vez sobre ”los niňos de Winton”. Se llama La Familia de Nicky,  se rodó en el aňo 2011 y combina los rasgos del documental y de la ficción. Esta obra ha tenido mucho éxito y fue galardonada con más de 30 premios, pero lo más importante es que incita a hacer el bien, a difundir el llamado virus del bien.

“No todos los niňos salvados por sir Nicholas Winton se han convertido en las grandes personalidades, como, por ejemplo, el ministro del Gobierno lord Dubs o el seňor Abeles, maravilloso físico de Princeton. No obstante, todos tienen algo en común, que todos se empeňaron durante sus vidas en hacer algo bueno para los demás. Nos sorprendió mucho, resulta extraňo, pero es así. No sé si se debe a la necesidad de devolver lo que recibieron tras ser salvados... Algo así tiene que ser”, explica Mináč. Según sus palabras, esta película cautiva a los jóvenes, que se sienten atraídos por un gesto tan humano como fue el de Winton. A decir de Mináč, los jóvenes están envenenados por el mundo consumista y les inspira ver que no tienen que actuar sólo como les dicte el dinero. La historia de Winton les muestra otra opción. Es por eso que la película se hizo célebre en todos los continentes, con excepción de la Antártida, y que sigue estando viva, pues sigue incitando a la gente a hacer el bien.

“La filosofía de sir Winton consiste en que cuando uno se esfuerza mucho, cuando está apasionado con alguna idea, seguramente conseguirá realizarla. Basta con querer desde lo más profundo del corazón. No hay que temer a los grandes planes y a los grandes hechos, sólo hay que hacerlos y vivir a plena velocidad. A su modo de ver, no está bien satisfacerse con ser diminuto. A la gente le hace mucha ilusión ver qué logró Winton en tan sólo nueve meses. Y no fue nada extraordinario: tuvo una concepción, hizo algo de márquetin, falsificó un par de documentos y no perdió el entusiasmo. Ahora los niňos salvados por él tienen alrededor de seis mil descendientes. Esto es el llamado virus del bien”, aňade  Mináč.

 

Mária Mangová

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