Pavel Pafko, un experto de cirugía de origen eslovaco

Pavel Pafko, un experto de cirugía de origen eslovaco

Los checos, los eslovacos y los checoslovacos. Pasamos 75 años de matrimonio y ahora han pasado ya 26 años de nuestra vida separada. Y siempre nos queremos, nos entendemos, colaboramos, nos apoyamos y nos ayudamos. En muchas familias checas hay algún eslovaco y al revés, en muchas familias eslovacas hay algún checo. Muchos eslovacos ganan éxitos en la República Checa, tal y como muchos checos en Eslovaquia. Uno de estos personajes se llama Pavel Pafko, un cirujano de punta que realizó el primer trasplante de pulmones en la República Checa y también curó al presidente Václav Havel. Pavel Pafko es oriundo de Bratislava y ha pasado la mayor parte de su vida en Praga. Lleva una vida activa y continúa operando, a pesar de sus 78 años. ¿Y por qué decidió dedicar su vida a la cirugía?

Yo opté por la forma manual de la medicina, que es la cirugía. En comparación con la medicina interna o la psiquiatría, en la cirugía el resultado se ve inmediatamente. Claro, debo admitir que a veces tenemos que esperar algunos días y que también pueden surgir complicaciones.

En el año 1997 usted realizó el primer trasplante de pulmones en la República Checa. ¿Cómo recuerda de ese momento?

Por supuesto, recuerdo aquel momento muy bien, con nostalgia positiva. Recuerdo también que antes de realizar la operación viajamos tres años a Viena, para aprender a hacer el trasplante. Dado que viajábamos en nuestro coche, algunos colegas se lamentaban, decían que por lo menos nos pudieron haber dado un coche de servicio con chofer. Yo les respondía: antes de extender la mano hay que demostrar que eres capaz de hacer algo.

En Eslovaquia aún no se realizan trasplantes de pulmones… ¿así que ustedes también atienden a pacientes eslovacos, es cierto?

Al principio los pacientes eslovacos que tenían que someterse a un trasplante de pulmones viajaban a Viena, pero desde hace algunos años prefieren hacerlo en el hospital de Motol en Praga, porque obviamente les sale más barato.

Entre los médicos checos y eslovacos existe una colaboración intensa. ¿Podría comparar un poco el nivel de la Sanidad checa con la eslovaca?

En la República Checa trabajan más de 1200 médicos eslovacos. Si tomamos en consideración que en Eslovaquia hay en total cerca de 22 mil médicos, mil es una cifra importante. Hay una gran colaboración entre los médicos checos y los eslovacos, a menudo se encuentran en conferencias y seminarios. En Eslovaquia en este momento no se realizan trasplantes de pulmones, pero se hacen de corazón, riñones, hígado… Es obvio que el estado de la Sanidad depende de la situación económica del país. Creo que la Sanidad eslovaca está a un buen nivel, aunque reciba menos recursos económicos que la checa.

Ustedes un médico con el alma y el cuerpo, como solemos decir. ¿Qué le ha dado y que le ha quitado la medicina?

La medicina me ha dado muchísimo… He conocido a mucha gente interesante y tuve la oportunidad de viajar a países que probablemente nunca hubiera visitado. Sin embargo, debo decir que la medicina también me ha quitado algo, y es la vida familiar. Tengo tres hijas que prácticamente se criaron con mi esposa, debo admitir que yo estuve muy poco tiempo con ellas. Esto es de lo único que me arrepiento, ya que es imposible dar marcha atrás en el tiempo. Por otro lado, si uno quiere desarrollarse en su profesión al máximo nivel, siempre hay que sacrificar algo. Los que consiguen ser excelentes profesionales y, al mismo tiempo ser padres modelo, son realmente genios.

¿Dónde se siente Usted más en casa?

Esta pregunta me la suelen formular bastante a menudo. Uno se siente en casa allí donde están sus seres queridos, sus familiares. Sentirse en casa no está condicionado a una calle, una plaza, una ciudad o una localidad. El lugar querido es aquel en el que están las personas queridas. Claro, con mucho placer suelo viajar a Bratislava, aunque me quedan allí muy pocos parientes. También me gustan los Altos Tatras, de allí conservo numerosos recuerdos de mi juventud. Mientras estudiaba en la universidad, casi todo el tiempo libre lo pasaba en los Tatras. Allí vivimos experiencias inolvidables. Tengo una relación muy fuerte con la naturaleza eslovaca. Durante 2 o 3 años trabajé como portador de montaña, llevando cargas desde el monte Hrebienok hasta el refugio, Zbojnícka chata. Recuerdo que por un kilo de carga se pagaba 1 corona y 50 centavos… que hoy en día, en euros, serían 5 céntimos. Y luego, cuando bajábamos, pasábamos por las termas de Vyšné Ružbachy, allí tenían una piscina con agua caliente… Armábamos una tienda de campaña y pasamos algunos días allí. Así era la vida…

Las tradiciones y costumbres navideñas checas y eslovaca son casi idénticas. Difieren en algunas comidas, y algunas costumbres regionales. ¿Cómo suele ser su Navidad?

Para mí la Navidad es, en primer lugar, la fiesta de la familia. Por supuesto, en la mesa navideña no puede faltar el pescado ni la tradicional sopa de col fermentada, la Kapustnica. En nuestra familia la Navidad es también el momento de reflexión, cuando hacemos un balance del año saliente y al mismo tiempo nos proponemos planes para el año que se aproxima. Me encantan las tradiciones y costumbres que aún se conservar en algunas regiones eslovacas. Por ejemplo, en Kopanice durante la cena de la Nochebuena suelen ligar las patas de la mesa con una cadena para que la familia se quede unida. Con esta ocasión se pronuncian los deseos o expectativas, se habla sobre cuál de las muchachas se va a casar o quién eventualmente podría morirse. La Navidad es un momento de un nuevo comienzo. Yo la esperaba desde mi infancia con muchas ansias, me sentía bien cuando estábamos todos juntos.

Estamos entrando en un nuevo año. ¿Qué les desearía a nuestros oyentes?

Yo les desearía sobre todo una vida sana, que se preocupen más por su estado de salud y su nutrición… y luego les desearía que pensaran de manera más racional. Me parece que últimamente, tanto en Eslovaquia como en la República Checa, la sociedad toma decisiones basándose fundamentalmente en las emociones. Claro, las emociones son importantes para la vida. Pero a menudo se sobreponen al pensamiento racional. Las emociones a menudo deforman un análisis racional conduciéndolo a conclusiones erróneas. Cuando la gente actúa con enojo, pocas veces es capaz de ver las cosas de manera racional.

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Ladislava Hudzovičová

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