Mary Jo, además de haber aprendido de manera rapidísima el idioma eslovaco, toca muy bien la guitarra y muy bien canta. Aprendió de memoria el texto y los acordes de la famosísima canción de la banda Elán - Voda, čo ma drží nad vodou - Eres el agua que me sostiene para no hundirme.
Viajar para conocer otras realidades, culturas, comprender otras mentalidades y experimentar costumbres diversas es una experiencia que a menudo supera el estudio de muchos años o de muchos libros. Es una experiencia única e insustituible. Lo confirma la misma Mary Jo.
De verdad, Mary Jo es muy inteligente, muy hábil y muy maja. Ahora nos va a cantar una canción latina.
Existen muchos proyectos formales que no llegan realmente a crear una atmosfera de verdadero intercambio. Sin embargo, en el caso de Mary Jo podemos hablar de una inclusión o integración perfecta. Hay respeto o incluso admiración en ambas partes, tanto en los alumnos eslovacos como en ella misma - con respecto a los demás y a la familia anfitriona.
Y para concluir el tema y sobre todo para añadir alguna información útil y práctica cedemos la palabra a la directora del liceo de Pierre de Coubertin de Piešťany, Miroslava Hanková.
Hace algunos años nuestra escuela decidió aceptar la oferta de Rotary Club que nos propuso tomar parte en un proyecto de intercambio cultural, tomando en consideración numerosas actividades y otras cosas que nuestro liceo puede ofrecer a los estudiantes extranjeros. En el marco de este proyecto cada año algunos alumnos de nuestro liceo pasan un curso escolar en el extranjero y luego, al año siguiente, su familia suele ofrecer el mismo servicio a un estudiante extranjero que viene a estudiar aquí. La comunicación entre estas familias siempre llega a ser muy intensa, puesto que en realidad estas familias intercambian sus hijos por un periodo bastante largo que equivale a un año escolar. La atención por parte de las familias suele ser más que excelente, porque obviamente, si quiero que mi hijo sea atendido bien, también me empeño en ofrecer una buena atención. En el intercambio aplicamos el principio de la edad y sexo, es decir, si tengo un hijo de 15 años, recibiré también a un joven de 15 años. Hay que destacar que los niños que vienen no saben nada de eslovaco, al comienzo comunican exclusivamente en inglés. Entonces, nos da una enorme satisfacción seguir sus resultados, sus éxitos en el aprendizaje del eslovaco. Para aprender el idioma, por supuesto, no son suficientes las clases normales. Por eso, aparte de asistir a clases, frecuentan cursos de eslovaco. Nosotros nos empeñamos en que aprendan y conozcan lo más que se pueda. Después de haber participado durante algunos años debo decir que esta experiencia es realmente enriquecedora, tanto para los alumnos que hacen el intercambio como para el resto de los alumnos, e incluso para nuestros maestros. Hemos tenido aquí también niños de EEUU o de Brasil.
Mary Jo
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