Los herederos del fundador de una de las empresas más importantes de calzado del mundo, Jan Antonín Baťa, el hombre más rico en aquel periodo en este territorio y, a la vez, hermano del empresario famoso Tomáš Baťa, piden de la República Eslovaca la indemnización por la pérdida de sus bienes, confiscados tras la Segunda Guerra Mundial en el marco de los llamados Decretos de Beneš.
Y es que Eslovaquia abolió en mayo del aňo en curso la pena impuesta a Jan Antonín Baťa por su supuesta colaboración con el régimen nazi. La solicitud de recompensa fue enviada en septiembre a la cartera de Finanzas eslovaca, la cual ha pedido a continuación a la familia de Ján Antonín Baťa que aportara evidencias respecto a sus exigencias. Y que no son pocas… Los Baťa poseían bienes de valor enorme, incluídas muchas propiedades en las ciudades eslovacas de Partizánske o Svit, así como el Castillo de Bojnice. Según las primeras estimaciones, solamente el precio del Castillo de Bojnice oscila alrededor de 300 millones de euros. En los medios de comunicación masiva se habla sobre una cifra de mil millones de euros; sin embargo, el abogado de los descendientes de Baťa, Tomáš Pecina ha dicho que sería más adecuado decir –que la recompensa se cifra en algunos miles de millones de euros: ”Si el ministerio de Finanzas nos ofrece alguna propuesta sensata, si demuestra buena voluntad, naturalmente lo recibiremos con agrado. Si la cartera no satisface nuestras demandas, todo el asunto será solucionado por los tribunales eslovacos y luego en Estrasburgo, dado que considero que en este caso la compensación económica es un derecho básico de los Baťa. Tampoco excluyo la posibilidad de que a los descendientes de Baťa les sean devueltos sus bienes.”
Según varios historiadores, será muy complicado confirmar qué bienes y cuáles propiedades pertenecían a la familia de Baťa. A decir del archivero de la ciudad checa de Zlín, Martin Marek, muchas de las propiedades de los Baťa formaban parte de los bienes de sus empresas; es decir, de personas jurídicas y no de personas físicas, y en estos casos es muy díficil determinar quiénes son los poseedores de dichos bienes, especialmente cuando habían sido confiscados por una legislación tan especial como fueron los llamados Decretos de Beneš. Tomáš Pecina ha confirmado que Baťa no disponía de bienes privados en Eslovaquia. Habla Eduard Barány, ex juez del Tribunal Constitucional: ”La mayor parte de las propiedades de Ján Antonín Baťa le fue quitada en base a las resoluciones jurídicas previas a los Decretos de Beneš, por lo tanto, no podemos decir que ahora, después de la abolición de la pena impuesta a Jan Antonín Baťa, pertenezcan automáticamente a sus familiares. Los órganos estatales responsables en este asunto tendrán que tener en cuenta sobre todo los intereses de los ciudadanos eslovacos. Y mi opinión privada... Yo sería muy cauteloso en cualquier caso de demanda por compensación económica que se retrodezca hacia la época anterior al aňo 1948. Es un camino al infierno, dado que en los siglos XIX y XX hubo un montón de cambios políticos durante los cuales la aplastante mayoría de todos los bienes cambiaba de poseedores. Reabrir lo ocurrido durante aquellas turbulencias históricas es como abrir la caja de Pandora, ya que los criterios de justicia que empleamos hoy día no nos pueden servir para juzgar lo que pasaba dos aňos después de la Segunda Guerra Mundial.”
Como ha aňadido Eduard Barány, los pasos que emprenda la cartera de Finanzas, y la actitud que eventualmente adopten los tribunales implicados en el caso, servirá de modelo para los que tuvieran intenciones parecidas. Por ello, considera de suma importancia el desarrollo de este asunto. Los abogados encuestados por varios rotativos eslovacos admiten que los Baťa podrían ganar esta disputa judicial. Habla la abogada Dagmar Valentová: ”Estoy convencida de que tienen una oportunidad realista. Todo depende de la fuerza de sus pruebas.”
En la ciudad de Bojnice se llevó a cabo el 19 de octubre del aňo en curso una manifestación contra las exigencias de los familiares de Baťa. En el parque del castillo de Bojnice se reunieron alrededor de 70 participantes en la protesta. El vicefeje de la asociación La Resistencia, organizadora del evento, Miroslav Pomajdík, ha dicho a ese respecto: ”En Eslovaquia es muy difícil organizar protestas, dado que la gente es demasiado pasiva. No obstante, insistimos en que los eslovacos están enfadados por las demandas de los herederos de Baťa y no están de acuerdo con que les sean devueltos sus bienes.”
Aňadamos que, según las palabras de Tomáš Pecina, abogado de la familia de Baťa, si sus clientes reciben la indemnización todos los recursos obtenidos se invertirán en nuestro país, de la misma manera como lo hacen en la República Checa, donde continúan financiando, por ejemplo, una universidad y un hospital.