Los eslovacos y los vampiros... ¿es posible encontrar algún vínculo entre ellos?

Los eslovacos y los vampiros... ¿es posible encontrar algún vínculo entre ellos?

¿Viven vampiros en nuestro país y los eslovacos lo reconocen? ¿O, aparte de la ola de popularidad de las series norteamericanas como la Saga Crepúsculo, no tenemos nada en común con estas critauras de la noche?

Ahora mismo buscaremos respuestas a estas preguntas. Nos ayudará la arqueóloga Ester Kováčová:

”Nuestros antepasados creían que los vampiros convivían con ellos y que era posible convertirse en un vampiro siendo un ser humano normal. Por ello, cuando sospechaban que alguien no estaba limpio, como lo llamaban, lo enterraban de una manera difirente a lo común. Por ejemplo, en el aňo 2000 excavamos cerca de la ciudad de Nové Zámky una tumba fuera del cementerio, donde había un esqueleto sin cráneo. Es que nuestros antepasados luchaban contra los vampiros de tal manera que a un difunto sospechoso lo enterraban boca abajo o en una postura torcida. Si no funcionaba, lo exhumaban  y le quitaban los miembros o la cabeza. Después de este rito  no le temían más.”

En algunos casos la gente tuvo que tenerle mucho miedo al vampiro, dado que emplearon más métodos de protección a la vez. Por ejemplo, tumbaban al vampiro boca abajo, para que no pudiera utilizar la fuerza de sus ojos, y le ataban los brazos detrás de la espalda. No obstante, no siempre que los arqueólogos encuentran un esqueleto mutilado se trata de vampirismo, dado que en la Edad Moderna era muy popular utilizar los cráneos (u otras partes del cuerpo) para ritos mágicos. ¿Ha sido algún período de nuestra historia especialmente apasionado con el tema vampírico?

”Seguramente el período de la Gran Moravia (en el siglo IX y a inicios del siglo X). El mayor número de las tumbas vampíricas que hemos descubierto es precisamente de aquel entonces, pero siguen apareciendo hasta el final del siglo XI. Otra evidencia que quiero mencionar de las sospechas de vampirismo son los objetos agudos de hierro que se colocaban en los sepulcros, sean éstos hoces, cuchillos o, después, también cerraduras y llaves. Por ejemplo, en el aňo 1901 se descubrió cerca de la montaňa de Sitno una mandíbula con dos cerraduras, para impedir que el vampiro mordiese”, aňade Kováčová

El historiador Pavol Rusnák dice que nuestros antepasados no temían sólo a los vampiros, sino también a los llamados revenants, los espíritus vivos de los fallecidos que han vuelto al mundo, con mala o buena intención. A veces bastaba sólo ponerles en la tumba alguna cosa de la que carecían y que necesitaban para pasar a otro mundo, y otras era necesario ejercer varios ritos contra ellos. La gente a menudo se protegía preventivamente. Por ejemplo, colocaban hierbas aromáticas, la biblia o el rosario en las tumbas:

”El llamado revenantismo es la fe en que los espíritus puedan volver entre los vivos, debido a que les falte algo o a que sus relaciones con sus allegados no hayan sido interrumpidas todavía. Hemos registrado varios métodos que se empleaban para eliminar su influencia y volverles al mundo de los muertos. Una de las más comúnes era esparcir semillas de adormidera sobre la tumba, y así el difunto no podía salir antes de contar todas las semillas. Hasta el día de hoy se ha conservado la costumbre de llevar un lazo rojo en la mano para proteger cualquier espíritu malévolo.”

Esta costumbre la podemos observar sobre todo cuando se trata de niňos pequeňos, predispuestos a captar todas las energías en sus alrededores.

 

Mária Mangová

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