La ama de casa tenía que levantarse a medianoche, con más tardar a las tres de la maňana para hornear todos los pasteles navideňos antes de que el sol saliera. Esta fue una de las costumbres tradicionales relacionada con el día 24 de diciembre. Recordar, todos los ritos relacionados con la Noche Buena y las dos fiestas navideňas sería imposible. Es que Eslovaquia tiene una gran cantidad de tradiciones. Las costumbres difieren hasta de un pueblo a otro. Hoy nosotros hablaremos sólo de una región – de Kysuce que conforma la parte noreste del país. Aunque en un par de minutos tampoco podemos contarles todo el ritual navideňo de Kysuce. En la tradición la Navidad es el día más importante de todo el aňo. Es como el apogeo de todos los encantos del aňo. A ello se condicionaban durante estos días festivos cada paso y obra de los habitantes del campo.
Yporqué de tantos ritos? para protegerse de las fuerzas daňinas, para que la familia tuviera prosperidad y abundancia durante todo el aňo, para garantizar la salud de todos los habitantes de la casa, incluso del ganado. La región de Kysuce era pobre y vivir allí significaba trabajar desde temprano en la maňana hasta tarde en la noche. Por ello fue muy importante aprovechar la fuerza de la Navidad y asegurarse así de un aňo próspero. Acerca de las tradiciones y la vida mágica de nuestros antepasados he hablado con la etnógrafa Mária Húšťavová:
”Decir que charlaremos solo sobre la Navidad de nuestros antepasados no es correcto. Yo voy a describirles la Noche Buena como la recuerdo de mi infancia y juventud y no soy tan vieja. Además todavía mantengo muchas de estas costumbres y no soy la única aquí en Kysuce. Aunque sí, la Navidad ha cambiado mucho y la gente va olvidando la belleza y profundidad de estas fiestas. Por ejemplo, el pan falta en sus mesas navideňas. Es triste. Ay, ya les puedo revelar una de las costumbres de Kysuce. Nosotros en la Noche Buena no horneabamos sólo un pan, sino tres – se les denominaban – el dueňo de casa, la ama de casa y el pan de vaca. Este último se hacía con sal gema, ajo y perejil. El ajo garantiza la protección muy fuerte ante las brujas y las fuerzas del mal igual que todo lo verde. Fundamentalmente las costumbres navideňas nos protegían ante lo malo. También el ganado tenía que comer al ajo.”
Hoy festejamos la primera fiesta navideňa, el día más importante del calenadrio cristiano. Lo típico para este día era y lo es todavía no salir de la casa, quedarse con los seres cercanos y dejarse llevar por la atmósfera espritiual y solemne. En el pasado se demostraba de tal manera que nadie no podía hacer nada, ni meter la ropa en el armario. Pues, el 25 de diciembre reinaba el ambiente de la solidaridad familiar y la gente no ejecutaba más ritos mágicos. Por ello propongo volvernos para un rato más al 24 de diciembre, el día lleno de la magia.
“Cuando la ama de casa ya tenía los pasteles preparados y el sol estaba alto, se ponía a cocinar. Pero nadie podía comer hasta la cena. Aquí en Kysuce teníamos sobre la mesa navideňa varios tipos de sopas – de col, de frutas pasas – ciruelas y peras o la sopa ácida de guisantes. El dueňo de casa tenía que traer el árbol navideňo. La costumbre era hasta tres árboles, uno para cada habitación. Y durante todo el día se practicaban varios ritos. Por ejemplo: los árboles se untaban con el resto de la masa para los pasteles, para que los frutales dieran luego mucha fruta. Luego llegaba el momento de la cena. Antes de comer el padre tenía que recitar los villancicos y pronunciar algún conjuro, como por ejemplo: “Lobos, zorras, osos, venid a cenar con nosotros. Y si no venís, dejadnos en paz durante todo el aňo.“ Después de los ritos y las oraciones la ama de casa hacía la cruz del miel sobre las frentes de todos los miembros de la familia. Y como última se servía la papilla, llamada la papilla de Jesus Cristo”, continúa charlando Mária Húšťavová.
En el pasado la cena no era lo más importante. Todo el día llevaba un sentido especial, incluso lo que seguía la cena. Me refiero a la misa de medianoche.
“Sí, exacto. En Kysuce solíamos llevar a la misa las patatas en los bolsillos de abrigos y las alzabamos durante la ceremonia para tener una buena cosecha. He de decirles un rito de verdad extraňo desde el punto de vista del hombre de hoy. Al acabar la misa todos nos poníamos a correr lo más rápido posible, porque el que llegaba primero, se suponía, tendría la cosecha primero. Saben, el invierno en Kysuce era largo y en una comunidad campesina es muy importante sembrar, plantar y cosechar rápidamente. Todavía no he mencionado un rasgo de estas fiestas muy importante – los vaticinios. Las seňoritas aprovechaban la Navidad para adivinar si iban a casarse o no. También se advinaba cuántas gallinas iban a empollar durante el aňo venidero. Ésto se hacía así: La chica echaba el guisante a las gallinas y se suponía que las que cacarreaban, eran las mejores.“
El 25 de diciembre sólo se comía lo que quedaba de la cena de la Noche Buena y tal y como hemos dicho, el único rito era el de no hacer nada. El próximo día ya se salía de las casas y la gente del pueblo empezaba a divertirse. El entretenimiento predilecto en la región de Kysuce era la costumbre de cantar villancicos de casa a casa. Lo importante era que no se encontrasen dos villanciqueros.