El cura Marián Kuffa y su misión en los campamentos gitanos

El cura Marián Kuffa y su misión en los campamentos gitanos

“Es muy simple decir: „¡Pues que trabajen los gitanos! ¡Es su problema cómo viven!" Pero, ¿quién va a emplear a un gitano?”

Eso es lo que dice el cura Marián Kuffa en el documental del director Ladislav Kaboš. La película se llama Todos mis niňos y se ha estrenado hace un par de días en los cines eslovacos. Marián Kuffa no es un cura típico, o tal vez es como debería ser un cura, pues ayuda a una comunidad de drogadictos, prostitutas y alcohólicos y también a los gitanos que viven en campamentos cerca del pueblo de Žakovce, ubicado en Eslovaquia Oriental. Así, en el documental no vemos al cura vestido con su sotana, sino con un mono azul, ya que enseňa a los gitanos a construir viviendas simples. Y, además, les explica que si quieren vivir mejor son sólo ellos mismos los que tienen que hacer algo para conseguirlo. Nos cuenta más cosas la coautora del guión, Svatava Mária Kabošová:

“Con el documental mostramos en qué horribles condiciones vive la comunidad gitana, pero, sobre todo, cómo es posible cambiar su situación. Pero sólo son capaces de alterar sus hábitos cuando alguien va a trabajar con ellos de una manera distinta a la que están acostumbrados. El cura Marián Kuffa les enseňa que no es natural darles algo sin recibir nada por ello. Y les exige algo de valor a cambio de su ayuda. Por ejemplo, que los gitanos participen en la construcción de casas o un programa cultural para el pueblo que han preparado una vez, etc. Y así, paso a paso, se dan cuenta de que no pueden solamente recibir, sino que también tienen que dar.”

El documental demuestra que los gitanos quieren vivir mejor, pero a menudo no saben cómo iniciar el cambio. Marián Kuffa lo comenta en la misma película:

“Les doy mi amor de tal manera que sean capaces de entenderlo. Son cosas básicas: deberías compartir cosas, ayudar a los más débiles,..; si quieres que los demás te respeten, tú también tienes que respetarlos. Así, simplemente...”

El documental Todos mis niňos es el cuarto en orden del taller de su director, Ladislav Kaboš, en el que colabora con el cura Marián Kuffa. En su penúltima película narraba la labor de Kuffa con criminales y drogadictos. Cuando ya habían pasado diez aňos, decidió visitarle de nuevo para ver cómo había avanzado su misión.

“Ni me hubiera creído que mi siguiente documental sería sobre los gitanos. Llegué a Žakovce para ver a Maroš (Marián Kuffa) y la gente me instruyó para que fuera a un campamento gitano para poder reunirme con él. Me fascinó ver cuánto trabajo ya había hecho con ellos y la seriedad que ponía en esta tarea. Así que empezamos a rodar. Y durante cuatro aňos viajamos a varios campamentos para enfocar el cambio que se estaba produciendo allí gracias al empeňo de una sóla persona”, dice Kaboš.

Naturalmente, el documental no se ha rodado sólo con el propósito de expresar el reconocimiento al trabajo del cura, sino también a los mismos gitanos. En la película vemos la historia de la vida de Beatka y de sus seis hijos, de Laco, quien trató de suicidiarse al sentirse totalmente impotente ante la realidad, o de Zdeno, quien atiende con mucho cariňo a Ružena, su esposa enferma. Además, los autores de la película estuvieron presentes durante una tragedia, ya que en el campamento fallecieron una mujer con sus dos hijas durante el incendio de su casa. Continúa Svatava Kabošová:

“Habíamos elegido a una de aquellas niňas como protagonista de nuestro documental. Y luego ocurrió esa tragedia. La madre quiso salvar a sus hijas del interior de la casa y el techo en llamas las tumbó a todas. Es difícil ver algo así. Tampoco es fácil rodar a los niňos en invierno, cuando hace diez grados bajo cero y ellos están descalzos ahí afuera. Lo interesante es que los niňos nos pidieron recoger algo de dinero para poder ir a la escuela, porque si no los padres les obligarían a trabajar para ganar algo. ¿Quien se sorprendería de que en una situación así los padres sigan quemando libros de texto para que haga calor?”

“Naturalmente, hicimos muchos amigos en los campamentos, sin embargo, a pesar de ello, nunca era posible predecir lo que iba a suceder. Una vez los gitanos atacaron a mi hijo, que trabajaba conmigo como cámara. En aquel momento quise terminar el rodaje. Además, uno siempre tenía que ser muy cauteloso: vigilar sus bolsillos, pensar en donde aparcar el coche, con quien hablar y con quien no, etc. No obstante, cuando los gitanos nos aceptaron, nos vigilaban atentamente. Al final nos hemos dado cuenta de que durante los cuatro aňos de rodaje no nos han robado nada y no ha habido ni un araňazo en el coche”, recuerda Kaboš.

A pesar de las circunstancias dramáticas, y me refiero sobre todo a la muerte de la madre y de sus dos hijas, el documental contiene un mensaje optimista. El motivo principal de la película es la esperanza.

“Maroš Kuffa ha llevado la esperanza a la comunidad gitana. Es lo que más necesitan. Tal y como titulé mi penúltimo documental hecho con Maroš: Donde se acaba la esperanza, allí empieza el infierno. Incluso los que han vuelto de la cárcel, que cometieron da igual que delito, necesitan la esperanza, la oportunidad de empezar de nuevo”, charla Ladislav Kaboš y su mujer aňade:

“Primeramente hay que abrir el debate respecto a este tema. Decir que los gitanos tienen que trabajar para vivir mejor, que la situación en que se encuentran es culpa suya, eso es lo más simple y totalmente superficial. Pero, ¿dónde pueden trabajar? El Estado debería crear las oportunidades de empleo. ¿Por qué enviamos a Asia los aparatos electrónicos para que los desmonten allí y luego compramos de nuevo los componentes por mucho dinero? Los gitanos sabrían desmontarlos perfectamente. Yo considero que ideas como ésta podrían formar parte de la posible solución del llamado problema gitano.”    

 

Mária Mangová

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