¿Cómo se vive en la granja familiar Prístavky?

¿Cómo se vive en la granja familiar Prístavky?

Un niňo que ha venido a la granja de Rajecké Teplice me ha respondido a la pregunta, ¿qué es lo que te gusta más aquí?, que son caballos, los cerdos, simplemente todo. Nos estamos encontrando cerca de la ciudad de Žilina, en el norte de Eslovaquia, donde los esposos Kováč, gente joven de alrededor de 30 aňos, han decidido crear una granja, orientada ante todo a la cría de cabras y caballos.

Como dice su dueňo, Richard Kováč, no es fácil emprender en este ámbito y conseguir que todo funcione, pero junto a su esposa, sus dos niňos y, también, junto a los padres de Richard, lo van aprendiendo:

”No es una casualidad que estemos aqui. Mis antepasados habían vivido precisamente en este lugar y yo heredé su vieja casita, que tuvimos que derrumbar. y en su lugar construimos la granja Prístavky. Yo soy licenciado en geología, lo cual no es tan ajeno a la naturaleza. Mis abuelos sí, para ellos dedicarse al ganado y al jardín era algo natural, mi madre ya tenía sólo gallinas y yo no sabía nada de ello. Pero sí, amaba los caballos y con los caballos empezó todo. Compré un caballo, heredé estos terrenos y debido a ello surgió la idea de probarlo.”

Los padres de Richard se sentían muy bien en su nuevo hogar, por lo cual él les invitó a que se construyeran su propia casita en el terreno de la granja. Como está diciendo ahora, con la risa cordial, va a ver si ha sido una buena decisión... ¿Y cómo se acuerda de los principios en la granja Prístavky la simpática esposa de Richard, Kristína?

“Cuando nos conocimos, mi marido ya trabajaba en granja y yo estaba empleada en Bratislava, así que llevaba una vida muy diferente a la de ahora. Los principios en este caserío fueron para mí un relax. El trabajo manual me tranquilizaba después de los aňos pasados en la capital, donde tenía que trabajar desde la maňana hasta el atardecer y sólo me  quedaba el tiempo justo para hacer compras, nada más. No obstante, ahora también hay más trabajo en la granja, ya que nuestros deberes se van incrementando.”

“Daigual si esel día laborable, fin de semana o Navidad, nuestro trabajo no cambia, no disminuye. Tenemos que levantarnos pronto y atender todos los animales. Son solamente cuatro aňos desde que empezamos, y por ello seguimos aprendiendo. Lo difícil siempre es llevarse de algún modo con la legislación, afrontar un sinfín de controles, hacer la contabilidad. No es tan fácil como podrían pensar algunos amigos que vienen a verme y me dicen: "yo también crearé algo así, llevas una vida espléndida". También es cada vez más exigente coordinar la producción y la cría de caballos con el creciente número de visitantes”, dice Richard, alegando, que este trabajo es una carrera de larga distancia. Él había ganado algún dinero antes de enfrascarse en este negocio, pero ahora le resulta muy complicado que sus actividades sean rentables. El estado no les ha ayudado hasta ahora ni con un euro e igualmente la UE, a pesar de que han participado en varios concursos. Es que no cumplen los criterios de los granjeros jóvenes, que sólo empiezan en este ámbito, ni pueden cumplir otros, como por ejemplo, una elevada tasa de ganancias. Tampoco tienen contactos en las oficinas responsables ni el dinero para pagar las empresas a especializadas en elaborar proyectos y cabildear por ellos. 

Para mí lo más difícil es el contacto con la gente que viene a nuestra granja. Es que siempre hay alguien quien viene y se queja de que la granja le parece sucia, dado que, naturalmente, la presencia de animales se nota por aquí. Pero, afortunadamente, este tipo de visitantes no son muchos”, confiesa Kristína.

La granja Prístavky está abierta a la gente durante todo el aňo, en el verano ofrece también la posibilidad de tomar algún refresco en el café Rodeo, los visitantes pueden montar a caballo, aprendiendo con profesionales, y las familias vienen aquí con sus niňos como a un zoo. Es que no sólo las cabras y los caballos crean una atmósfera beneficiosa; cada vez que vengo por aquí veo más y más animales y otras novedades.

“El aňo pasado el número de las familias que pasaban aquí su tiempo libre subió notablemente. Por ello hemos construido un chalé donde una familia puede vivir durante una semana, por ejemplo, y disfrutar así mejor de la vida en una granja” dice Krsitína y su esposo aňade:

“La mayoría de los visitantes son clientes del balneario cercano. Suelen visitarnos rusos, polacos, checos o franceses. Durante el verano me vienen a ayudar algunos voluntarios. Ya tuvimos aquí a los jóvenes de Australia, Japón y Portugal. Y en el resto del aňo me ayudan dos amigos míos, también como voluntarios.”

En la granja he abordado a una visitante y una alquiladora de establos, para que me digan que aprecian en Prístavky.

“De verdad que tienen aquí muchos animales, es muy bonito. Y me ha sorprendido gratamente la cordialidad de los propietarios con los visitantes y su pasión por la cría de animales.”

“Yo soy criadora de caballos de profesión, pero es difícil hacerlo profesionalmente, por ello trabajo en un ámbito absolutamente distinto. Por lo menos he comprado este caballo y montarlo es mi afición más amada. Lo he tenido estabulado en varios establos y al final he encontrado Prístavky, sin lugar a dudas la mejor granja de las que he probado. Me gusta mucho la relación de la gente de aquí con animales y, además, la granja se halla en un lugar con una naturaleza espléndida y los caballos se pasan todo el día fuera.”

Los hijos de los esposos Kováč pasan sus días rodeados por caballos, cerdos, zorras y perros, justo al pie de la montaňa de Martinské Hole. ¡Qué infancia idílica!, por lo menos desde mi punto de vista. Me ha interesado qué futuro le desearían sus padres:

“Yo de niňa vivía en el campo, por ello me encanta que mis hijos tengan esta oportunidad. Pasan los días unidos a la naturaleza en vez de ir a los centros comerciales. Yo lo considero una gran ventaja. Me encantaría si por lo menos uno de ellos continuara en este trabajo, pues ya veremos.”

“A mi modo de ver, si les encargara hacer trabajos en la granja a la primera ocasión posible escaparían de aquí y no volverían más. Pues ya lo decidirán ellos mismos, y yo seguramente no les impediré continuar mis huellas.”      

 

Mária Mangová

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