“Nos han dado nuevos arreos y a pesar de que la colera nos quema, adaptamos posturas en vez ser erguidos. La democracia se ha convertido en el dolor de úlcera, sin el derecho, sin la honestidad y sin miramientos. En vez del corazón tiene la barriga y en vez del alma el pico”, canta Karel Kryl, símbolo de la revolución checoslovaca. A pesar de que Karel Kryl luchaba contra el socialismo y nunca temía decir lo que pensaba, por lo cual también tuvo que emigrar, no se quedó ciego tampoco frente a lo que ocurrió después de la Revolución de Terciopelo. Murió desengañado y triste por el desarrollo tras el año 1989. No me quiero ni imaginar cómo sufriría hoy. Otro gran luchador de la era del socialismo es Marko Huba. Con su hermano Mikuláš fundaron el movimiento que se esforzaba en salvar la arquitectura rural. Marko Huba es sobre todo artista, escultor, pero es conocido por sus actividades cívicas, ante todo en el campo de la protección medioambiental. Y en el fondo de todo lo que hace podemos observar su constante lucha por la libertad.
Marko Huba
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