Según informó ayer la Comisión Europea, a partir del jueves 15 de diciembre, se pusieron en marcha los satélites que dan vida a Galileo, el nuevo sistema de ubicación, de propiedad europea. Galileo ha costado más de diez mil millones de euros, y han sido necesarios 17 años de trabajo para finalizar el proyecto. Al igual que el GPS es el sistema satélite de Estados Unidos y GLONASS el de Rusia, ahora la Unión Europea cuenta con su propia navegación por satélite que es compatible con los demás, pero también es plenamente autónoma. Es un sistema de localización mucho más rápido, y en principio debería ofrecer resultados de ubicación más precisos que el GPS. "Me alegro mucho de que hayamos conseguido poner en marcha este proyecto antes de las fiestas navideñas. A partir de hoy mismo, los ciudadanos europeos podrán conectarse a las ondas que transmite el satélite Galileo," dijo el vicepresidente de la Comisión europea para la Unión Energética, Maroš Šefčovič. Según el eurocomisario eslovaco, el sistema Galileo forma parte de una revolución digital que crea unos nuevos servicios tales que cambiarán la vida cotidiana.
Según la Comisión y la Agencia Espacial Europea (ESA), iniciadora del proyecto, Galileo debería estar plenamente operativo a partir de 2020. Entonces brindará una información de posicionamiento con una precisión sin precedentes. El "GPS europeo" está formado por un despliegue de 18 satélites que actualmente ya se encuentran dando vueltas alrededor de la Tierra. Está previsto que en los próximos meses se añadan más satélites - hasta alcanzar una cifra cercana a los 30 - orbitando alrededor del planeta. El proyecto fue aprobado con un presupuesto inicial de 3.000 millones de euros y un plazo que preveía su lanzamiento en 2008. Pero sufrió varios contratiempos técnicos y presupuestarios, incluida la colocación de dos satélites en una órbita equivocada en 2014. La Comisión Europea espera, no obstante, que acabe siendo un importante éxito a nivel internacional.