Eslovaquia tendrá próximamente a otro personaje beatificado, el primer sacerdote católico romano y mártir del régimen totalitario comunista. A principios de semana el Papa Francisco aprobó un decreto sobre el martirio del padre salesiano eslovaco, Titus Zeman, que falleció a consecuencia de torturas y del encarcelamiento el 8 enero de 1969. Como informó el portavoz de los salesianos en Eslovaquia, Rastislav Hamráček, dicho decreto posibilita su beatificación, cuya fecha precisa aún sigue desconocida. "Es un regalo enorme para todos nosotros que un hermano que salió de entre nosotros, alguien que sacrificó su vida para acompañar a los jóvenes hermanos en su vocación, sea elevado a la gloria del altar. Al mismo tiempo este hermano representa a tantos otros creyentes que por el amor y por la fe estuvieron dispuestos a oponerse al régimen comunista sometiéndose a riesgos diversos y sacrificios", constató Jozef Ižold, padre provincial de los salesianos en Eslovaquia. También el arzobispo bratislavense, Stanislav Zvolenský, considera la beatificación de Titus Zeman un regalo para toda Eslovaquia. "Su vida es un ejemplo de fe, del coraje, del sufrimiento y de la fidelidad a la iglesia católica", afirmó el arzobispo agradeciendo al Pontífice la decisión de beatificar al salesiano eslovaco.
Titus Zeman nació en Bratislava el 4 de enero de 1915. A la edad de 25 años fue ordenado sacerdote y más tarde trabajó como capellán, consejero escolar y profesor de química. Cuando el régimen comunista cerró, el 13 de abril de 1950, todos los conventos masculinos, Zeman organizó y dirigió tres caminos ilegales rumbo a Italia, acompañando a jóvenes salesianos, estudiantes de teología, para que pudiesen terminar sus estudios y hacerse sacerdotes. Durante la tercera expedición organizada el día 9 de abril de 1951, a causa del cauce desbordado del río Morava, todos los participantes en la misma fueron detenidos, arrestados e interrogados. Titus Zeman fue torturado y condenado a 25 años de prisión. Trece años después, en 1964, fue liberado, convirtiéndose su pena en la de libertad condicional. Tras el padecimiento de problemas de salud causados por las graves torturas sufridas en la prisión, Titus Zeman falleció el 8 de enero de 1969 en Bratislava.