En la lucha contra la corrupción es importante animar a la gente para que denuncie cada acto de este tipo. Así se pronunciaron en sus respectivos discursos durante la apertura del seminario sobre protección de los denunciantes de la corrupción, organizado por la Oficina del Gobierno, el primer ministro y el director del Cuerpo Nacional de Policía.
En el evento participaron en calidad de invitados funcionarios de la OCDE, directores de entidades de la administración pública, personal de recursos humanos y representantes del tercer sector.
El premier Robert Fico señaló que si en la lucha contra la corrupción son importantes los seminarios sobre este tema y contar con una buena legislación, mucho más importante es el compromiso, la valentía y la determinación de los ciudadanos. En este sentido, insistió en la necesidad de mejorar los mecanismos de protección de los denunciantes de actos de corrupción.
El presidente del Cuerpo Nacional de Policía Tibor Gaspar al comienzo del seminario, acotó que es muy importante informar de la corrupción en el momento en que ésta se lleva a cabo, dado que si se informa de un comportamiento corrupto demasiado tarde, la posibilidad de que este pueda ser esclarecido es menor.
En opinión de Zuzana Wienk, directora de la Alianza Fair play, en la lucha contra la corrupción es necesario eliminar la barrera fundamental, que según ella, es la falta de confianza de los ciudadanos en las instituciones y sus dirigentes. Wienk puso el ejemplo de la audiencia pública celebrada recientemente para elegir al director de la Oficina de Licitación Pública, señalando que criterios similares a los que se implementaron en esa ocasión deberían ser utilizados en otros casos. "Llevamos tiempo diciendo que tenemos mejorar la implementación del derecho y que tanto los políticos como los funcionarios públicos tienen que ganarse la confianza de la ciudadanía con acciones concretas", acentuó.
Gabriel Šípoš de la filial eslovaca de Transparencia Internacional, afirmó que la gente necesita sentir que cuando denuncian un acto de corrupción, la persona corrupta terminará entre rejas. "El gobierno se ha centrado en los mecanismos de protección del denunciante, pero no creo que eso ayude mucho", concluyó.