El sábado pasado conmemoramos el Día de la Constitución eslovaca. La Carta Magna de nuestro país fue aprobada 1 de septiembre de 1992, cuatro meses antes del nacimiento de la República Eslovaca como estado independiente en enero de 1993. Esta fecha ha sido declarada día de fiesta nacional y nuestros ciudadanos pudieron aprovecharla en esta oportunidad para visitar el edificio que acoge la Asamblea Nacional y encontrarse con los diputados. Los más altos representantes del país aprovecharon esta ocasión para hacer diversos pronunciamientos. Según palabras de Andrej Kiska, presidente de la República Eslovaca, la gente en nuestro país ve igualdad ante la ley. "Los cambios en la Policía y en el Tribunal Constitucional expresarán el respeto a la Constitución mejor que todas las palabras pronunciadas por los políticos durante este día", seňalaba. A decir de Andrej Danko, presidente del Parlamento eslovaco, el Día de la Constitución es una fiesta que tiene muchos significados para el pueblo eslovaco. Danko aprovechó esta ocasión para criticar a la oposición parlamentaria, destacando que nuestro país necesita partidos políticos consolidados, que tengan militantes reales y no partidos que actúan sólo en las redes sociales. El jefe del Gobierno Peter Pellegrini calificó la actual Constitución eslovaca como un documento moderno y de calidad y dijo que no es necesario aprobar una nueva Carta Magna. Según sus palabras, aunque la versión actual de la Constitución es buena, no hay que tener miedo de enmendarla, si las enmiendas se llevan a cabo para mejorar la situación del país.
En opinión del historiador Dušan Kováč, el Día de la Constitución es una fiesta artificial y un resabio de la época de Vladimír Mečiar. Según sus palabras, los ciudadanos no se han connaturalizado con esta fiesta y algunos políticos la han celebrado de manera más ostentativa que el 50 aniversario de la invasión del Ejército del Pacto de Varsovia a Checoslovaquia. "Una constitución es un pacto o acuerdo entre los ciudadanos de un país, pero la nuestra del 1 de septiembre de 1992 es una de las maniobras políticas llevadas a cabo por Vladimír Mečiar para poner énfasis en su gobierno", concluyó.
