Cada año, la Unión de enólogos de Francia organiza en París uno de los más prestigiosos concursos del sector vitivinícola -Vinalies Internationales. Durante 5 días, expertos en análisis sensorial, incluida la enóloga eslovaca Edita Ďurčová, se reúnen cada mañana bajo la presidencia de un enólogo francés para catar a ciegas vinos de todas partes del mundo. Este año cataron más de 3.300 botellas provenientes de 45 países del mundo. Eslovaquia estuvo representada en el evento con 250 vinos competidores que en total obtuvieron 56 medallas; 24 de oro y 32 de plata. "Nos alegran mucho los éxitos de los vinos jóvenes de la añada 2018. El Veltliner verde KRYO nuevamente confirmó su calidad y después de haber ganado aquí el año pasado, esta vez ganó una medalla de oro, junto al Riesling del Rin de la añada 2016. Las medallas de plata fueron para el rosado Cabernet Sauvignon, la variedad eslovaca Devín y el Chardonnay, todos de la añada2018", informó en su blog la empresa vinatera Mrva & Stanko que participó en la competición. Entre las variedades de los vinos eslovacos que también ganaron las medallas en dicho evento estan Sauvignon, Irsai Oliver, Aurelius o Tokaj, producidos por las empresas vinateras Mavin, Zámocké vinárstvo, Karpatská Perla o Daniel Šimonovič. Sin embargo, el mayor número de las medallas - 4 de oro y 2 de plata - la obtuvo el Château Topoľčianky. El más viejo de los vinos eslovacos galardonados con la medalla de oro fue el Tokaj, de la añada 2003. Año tras año los vinos eslovacos demuestran que el tema del vino puede ser un motivo para visitar nuestro país. Por otro lado, para los eslovacos los premios alcanzados por nuestros vinos en el extranjero representan un reto - conservar las tradiciones, arreglar y cuidar los viñedos y no sacrificarlos para la construcción de las zonas residenciales.
Fuertes de la notoriedad del concurso, las botellas galardonadas con medallas se envían a todas partes del mundo y son muy apreciadas por los circuitos de distribución y por los consumidores.