La crisis del coronavirus se ha manifestado en el mercado laboral eslovaco con un fuerte aumento del desempleo. Las capas sociales más débiles de la población son las que corren el mayor riesgo. Las personas con cualificaciones y salarios más bajos por lo general desempeñan labores que no se pueden realizar desde casa y, por lo tanto, corrían un mayor riesgo de perder el empleo. Las medidas deberían estar orientadas a la estabilización de los ingresos de los grupos vulnerables y a apoyarlos para que encuentren empleo después de la crisis. Así se desprende del último análisis del Instituto de Política Financiera (IFP) adjunto al Ministerio de Finanzas de la República Eslovaca.
La crisis económica causada por la pandemia ha provocado el crecimiento más acelerado del desempleo que se ha visto desde 2009. "Esta evolución demuestra que la inesperada interrupción de las actividades económicas provocada por la paralización de la economía puede tener las mismas consecuencias que la crisis de hace 11 años atrás. Por otro lado, la situación favorable en el mercado laboral antes de la crisis ha contribuido a que en cifras absolutas el incremento del desempleo en los primeros seis meses de este año haya sido más bajo que en 2009", afirman los analistas del Instituto de Política Financiera.
Se ha demostrado que con la crisis ha disminuido el número de contratos contractuales. Según los datos de la Seguridad Social, se trata de 29 000 contratos anulados en abril, lo que representa el 8% del total. En este mismo mes han desaparecido del registro de la Seguridad Social 47 000 empleados.
En el mes de junio la situación en el mercado laboral mejoró ligeramente. Los datos de la Seguridad Social muestran, que en comparación con el mes de mayo, el número de contratos laborales ha aumentado en 4000, pero aun así, el nivel de empleo se encuentra muy por debajo del que existía antes de la crisis. En cambio, el número de contratos ha aumentado y ha alcanzado el mismo nivel que en el mes de febrero.
Los empleadores tienen una visión muy pesimista en cuanto al futuro del empleo y, la baja demanda de mano de obra se refleja en el reducido número de puestos de empleo vacantes.
Durante la pandemia las profesiones llamadas "imprescindibles" no se podían reducir, sino todo lo contrario, estos trabajadores estaban todo el tiempo en alerta y no podían disfrutar de vacaciones, por lo que estaban expuestos a un mayor riesgo de contagio. Los empleados sin posibilidad de trabajar desde casa y en profesiones que no se consideran imprescindibles, se encontraban entre los de mayor riesgo de perder su trabajo. Entre estas profesiones están las pertenecientes a sectores como son hostelería, elaboración de alimentos, ocio y recreo y el artístico. Según los estudios realizados, perdieron su trabajo principalmente las personas con enseñanza secundaria, es decir, personal del sector de servicios y del comercio que tienen una gran limitación para trabajar desde casa y tienen un nivel de enseñanza medio.
Según el Instituto, entre las medidas que se deben tomar están el apoyo a jornadas laborales reducidas, el aumento de la prestación por desempleo, la contribución a las familias que tuvieron que permanecer de baja por enfermedad de hijos, o la ampliación de las políticas activas del mercado laboral. Esta crisis puede que conlleve a cambios estructurales de forma permanente, y no todos los que perdieron su empleo tendrán la posibilidad de volver a trabajar en la misma profesión. Por lo tanto, el papel de los programas de formación de adultos y de capacitación se convertirá en uno de los más importantes.