Durante la Segunda Guerra Mundial, en Kalište tuvo lugar una enorme tragedia por la cual nunca más este pueblo ha sido habitado. El sábado durante el acto para honrar a las víctimas la presidenta eslovaca, Zuzana Čaputová, dijo que es mediante estos actos conmemorativos que revivimos este lugar.
"Siempre que recordemos lo que sucedió aquí, siempre que recordemos por qué sucedió esta tragedia, la memoria y el legado de Kališťe estarán y seguirán vivos. No podemos ser indiferentes cuando escuchemos palabras de desprecio y odio contra un sector particular de la población. No podemos ser indiferentes cuando se habla de seres humanos como si no fueran personas", resaltó la presidenta.
El 18 de marzo de 1945, Kalište fue incendiado por las tropas alemanas como parte de las represalias nazis, dejando solo seis de las 42 casas originales. Según fuentes históricas, 39 personas fueron asesinadas durante el incendio de la aldea. Además de los habitantes, las víctimas también incluyeron partisanos enfermos y heridos que estaban en búnkeres detrás de la aldea
Después de la liberación de Eslovaquia, la vida no volvió a Kaliště y, según los historiadores, es el único pueblo que no ha sido restaurado después de la quema. En la actualidad, este lugar es un monumento cultural nacional, con un memorial a las víctimas de la tragedia, una capilla conservada y dos casas renovadas que albergan una exposición que recoge la historia del pueblo y la República Partisana. Como dijo el presidente del Gobierno eslovaco Igor Matovič, "deberíamos juntos hacer de Eslovaquia un país bello, donde nunca más ninguna nación se crea superior a otra".