El sector que más sufre por la crisis pandémica es el turismo. A pesar de haber pasado unos meses desde el confinamiento, que en Eslovaquia fue más estricto en los meses de marzo y abril, este sector todavía no ha obtenido ningunas recompensas o estímulos para poder sostenerse. "Los ingresos han bajado notablemente. En comparación con otros sectores hemos registrado el mayor aumento de desempleo y también el más alto descenso de sueldos", dice Marek Harbuľák, director general de la Asociación de hoteles y restaurantes. El diputado opositor, Richard Raši, ha criticado al Gobierno por no haber apoyado el turismo durante esta aguda crisis, mientras que, por ejemplo, la vecina Austria tomó un paquete de medidas ya en marzo. A su decir, hasta ahora ha sido adoptada sólo una medida concreta, con el objetivo de ayudar a las agencias de turismo, y no específicamente orientada al turismo nacional. Hoteles, restaurantes y pensiones piden por lo tanto pasos sistémicos por parte del Estado, lo que expresaron también en su marcha de protesta, organizada el pasado miércoles. "Si bien a finales del año 2019 estaban empleadas, en el sector del turismo, 107.900 personas, en la primera mitad del año en curso, fueron despedidas más de 20.000", precisa Harbuľák. Raši alega: "El número de noches pasadas en alojamientos en Eslovaquia, se ha reducido en 8,7 millones, lo que representa un descenso de un 49%". El ministro de Finanzas, Eduard Heger, ha declarado recientemente que, para ayudar al turismo de una manera efectiva, necesita más tiempo para pensarlo detalladamente y para identificar los problemas con precisión. Harbuľák opina, que el Estado debería elaborar un mecanismo de devolución de las pérdidas económicas sufridas en el período comprendido entre los meses de marzo y mayo. "Hay dos guiones: o el Estado acepta nuestras demandas, u otras, hasta 36.000, personas perderán su empleo en este sector", advierte el gerente general de la Asociación de Hoteles y Restaurantes. "La situación actual es mala, y las reservas que hemos acumulado, van agotándose", afirma Ján Poldruhák de Impiq Hotel. Ni la moderada mejora, registrada durante los meses veraniegos, ha salvado la crítica situación. Además, la temporada hotelera empieza en otoño y las restricciones adaptadas actualmente van hacia otro empeoramiento. El permiso para celebrar actos de masas con una máxima participación de 50 personas ha influido de forma negativa la organización de conferencias, cumbres y otros eventos. "Actualmente un 80% de las actividades planeadas han sido canceladas", precisa Marek Harbuľák. En la situación influirá también la inclusión de la vecina Chequia entre los países de alto riesgo.
Los hoteles y restaurantes piden ayuda estatal
18. 09. 2020 14:51 | Tema del día

Mária Mangová, foto: tasr