Desde el pasado lunes los ciudadanos eslovacos que quieren acceder a algunos servicios o entrar en las tiendas (excepto las que venden alimentos, productos de droguería o las farmacias) deben identificarse con el certificado negativo de la prueba de Covid-19. Si bien ir a trabajar hasta ahora formaba parte de las excepciones de todas las prohibiciones relacionadas con el confinamiento declarado por el gobierno, ahora los empleadores están obligados a pedirles a sus empleados este certificado, obviamente certificado negativo. Incluso, la visita al cementerio está permitida solo a las personas que lo tienen. El certificado lo exigen también en la entrada a los bancos, a las instituciones de la administración regional, a correos, en algunos centros odontológicos, etc. Los eslovacos que rechazaron someterse a la prueba de antígeno que se realizó en todo el país el pasado fin de semana, deberán quedarse en cuarentena por 10 días y podrán salir exclusivamente para comprar alimentos, productos de droguería o medicamentos o para ir al médico. A decir del presidente de la Iniciativa de las pequeñas tiendas eslovacas, Daniel Krakovský, los comerciantes no tienen otra opción, tienen que respetar las regulaciones de la Oficina de Sanidad Pública. Es decir, pedirles el certificado tanto a los empleados como a los compradores, además siempre controlando el distanciamiento entre las personas y dejando entrar como máximo 1 persona por cada 15 metros cuadrados. Los empleados que están pasando la cuarentena de 10 días tienen dos opciones: tomar vacaciones o una licencia no remunerada. En casos excepcionales, los empleadores pueden ponerse de acuerdo con sus empleados en el teletrabajo. Muchos gimnasios y centros de belleza que han tenido que cerrar por la propagación de la Covid-19 entre los primeros, han mostrado interés en controlar los certificados.
Los eslovacos para acceder a algunos servicios deben mostrar un certificado negativo de Covid-19
04. 11. 2020 14:15 | Tema del día

Ladislava Hudzovičová Foto: TASR