Cancelada la obligación de los bancos de pagar el impuesto especial

A partir del enero de 2021 se cancela el impuesto bancario extraordinario, tal y como lo aprobó el pasado martes el Parlamento eslovaco. La Ley sobre la tributación bancaria especial entró en vigor el 1 de enero de 2012, teniendo el objetivo principal de tributar a unas instituciones financieras concretas y de involucrarlas en la sanación de las potenciales crisis financieras en el sector bancario. Su objetivo era también él de prevenir los gastos excesivos del Gobierno, de sujetos tributarios y del Ministerio de Economía en el caso de que surgiera una posible crisis, lo cual debió contribuir a la protección de la estabilidad del sector financiero. El ministro de Finanzas, Eduard Heger, explica las razones de la abolición de la susodicha normativa: "El dinero que se acumulaba en una cuenta bancaria especial, en el marco de ese tributo, era el dinero de los bancos, dirigido para solucionar la posible crisis. El Gobierno encabezado por el partido SMER-SD lo aprovechaba como un camuflaje para el incremento de sus gastos. Esto termina". El jefe de la cartera financiera también ha informado que en la mencionada cuenta especial se han acumulado más finanzas de lo necesario. "Me encanta, que junto con los representantes del sector bancario nos hayamos puesto de acuerdo en que mil millones de euros de esta suma, que les pertenece a ellos, estarán ahora a disposición del Estado. Podremos aprovechar este dinero para el desarrollo de Eslovaquia", acotaba Heger. Además, en base al memorándum, firmado en junio de este año por el Gobierno eslovaco y la Asociación de Bancos Eslovacos, los bancos deberían cada año incrementar su participación en la financiación de los proyectos estatales infraestructurales en 500 millones de euros, como mínimo, y ofrecer la financiación del sector privado con alrededor de mil millones de euros. El compromiso entre los bancos y el Gabinete no ha tenido un parto fácil. Se estaba debatiendo en torno a este tema desde abril. Si no hubiera nacido un acuerdo común, los bancos habrían tenido que pagar este año 300 millones de euros, lo cual es casi la mitad de sus ganancias del año pasado. El premier, Igor Matovič, lo comenta: "Este nuevo esquema difiere totalmente del anterior. En vez de acumular finanzas pasivas en la cuenta, ofreceremos a la gente obtener créditos bajo condiciones aceptables".