Representantes de organizaciones de empleadores y científicos de la Academia Eslovaca de Ciencias (SAS por sus siglas en eslovaco) han propuesto adoptar estrategias contra la epidemia en las empresas del país.
Según informó la portavoz de SAS, Katarína Gáliková, estas estrategias deberían ser implementadas por las empresas para proteger a los empleados del peligro de contagio y garantizar que no se detenga la producción. Las estrategias se centrarán en la creación de equipos estables y cerrados, así como también en limitar los contactos de los empleados en las áreas comunes y asegurar su testeo regularmente.
El documento recomienda comprobar los casos positivos de pruebas de antígeno con la realización de pruebas de PCR, para que los empleados con falsos positivos no tengan que exponerse a una cuarentena innecesaria. En opinión de los científicos y los empleadores, hay que establecer un sistema que permita aislar a los empleados que han desarrollado síntomas de covid-19 durante el trabajo. Para estos, las empresas deberían proporcionar pruebas y transporte hasta el sitio de cuarentena, además de la identificación de sus contactos cercanos.
Los investigadores además dijeron que consideran importante cambiar el sistema de testeo y elevar la capacidad de búsqueda de contactos.
Alexei Belyaev, presidente de la Asociación de Uniones Industriales, Miroslav Kiraľvarga, presidente de la Unión Nacional de Empleadores, Tomáš Malatinský, presidente de la Asociación de Uniones Empresariales y Confederaciones de Eslovaquia, y Peter Mihók, presidente de la Cámara Eslovaca de Comercio e Industria explicaron a los virólogos la situación que hay en las fábricas y revelaron que, a fin de brindar más seguridad a los empleados y garantizar la actividad productiva, sistemáticamente aplican medidas higiénicas y antipandémicas estrictas.
Los empleadores se mostraron preocupados por los rumores en torno a un posible cierre de la economía. Afirmaron que una decisión de ese tipo significaría un gran daño económico, algo con lo que también estuvieron de acuerdo los científicos.
Virólogos y empleadores también coincidieron en que la experiencia de las grandes fábricas podría servir de ejemplo para empresas más pequeñas.
