El discurso de la presidenta suscitó varias reacciones

Ayer la presidenta de la República Eslovaca, Zuzana Čaputová, pronunció su discurso sobre el estado de la nación ante el pleno del Parlamento nacional. Desde que asumió el cargo, fue la segunda vez que la jefa de Estado aprovechó la posibilidad de dirigirse a los diputados desde el hemiciclo. Si bien la mandataria apreció el esfuerzo que el gobierno realizó para sanear los impactos de la pandemia, una gran parte de su intervención estuvo dedicada a las críticas. El año pasado, según Čaputová, fue un año de la tragedia en la que el miedo y la ira traumatizaron la ciudadanía y polarizaron la sociedad. En lo que atañe al nivel de la comunicación entre los políticos, la presidenta constató que éste ya ha tocado fondo. El primero en expresar su reconocimiento al informe de la presidenta fue el jefe del Parlamento y líder del partido Sme rodina, Boris Kollár, que lo calificó de equilibrado. Según Kollár la presidenta dijo claramente que hay que realizar cambios radicales, luchar contra la corrupción y, después de 30 años, modificar el funcionamiento de la fiscalía. Con la opinión de Kollár coincidió también otro partido de la coalición - SaS, que lo caracterizó de equilibrado y legítimamente crítico. Por otro lado, Peter Pellegrini, líder del partido extraparlamentario Hlas-SD, opina que las críticas de la jefa del Estado a la coalición fueron demasiado suaves. "Con respecto al referéndum se expresó de manera evasiva. Hubiera esperado una postura más enérgica de ella. En aquel momento estaban presentes allí, frente las demandas de más de 600 mil personas que piden el referéndum, casi todos los 150 diputados y el gobierno entero", constató Pellegrini. Según Robert Fico, líder del partido de oposición Smer-SD, Čaputová en realidad con su informe no dijo nada, solo expresó su respaldo a la coalición. El miedo y la ira que mencionó la presidenta, según Fico, no son resultados de la pandemia, sino de la incapacidad del gobierno. El politólogo Juraj Marušiak sostiene que las críticas de la presidenta fueron más indirectas que directas y que todos los que esperaban una crítica enérgica al gobierno probablemente quedaron desilusionados, dado que la mandataria valoró los pasos emprendidos por el gobierno durante la pandemia de manera muy prudente.