Queridas conciudadanas, queridos conciudadanos. Deseo que disfruten de un bonito día festivo. Y que el año 2022 les traiga sobre todo salud, y que sean muy felices al lado de sus seres queridos. Cada Año Nuevo es siempre como una carta no escrita todavía que empezamos a rellenar con el día a día de nuestra vida.
Han pasado ya 29 años desde que la República Eslovaca se convirtió en Estado Independiente. Caminamos de forma soberana a través de etapas diversas, algunas más alegres, otras más exigentes y a través de ellas edificamos nuestro Estado. De hecho, también ahora nos enfrentamos a una situación nunca vista.
Sin embargo, en el discurso de hoy, no voy a hablar de lo mismo que ya han escuchado muchas veces, sobre la vacunación y la necesidad de cumplir con las medidas impuestas. Quiero hablar sobre lo que es un requisito previo para hacer frente a cualquier crisis, incluida una pandemia. Me refiero a la cohesión de la sociedad. Nos espera un período desafiante, requerirá sentido común, disciplina y mucho civismo por nuestra parte.
Pero antes de continuar, la presidenta hacía referencia a lo que nos había deparado este pasado año en relación con la pandemia…
Acabamos de pasar un año difícil, en el que también hemos aprendido a convivir con las nuevas condiciones y a adaptarnos a los cambios. Año en el que nos hemos alejado de algunas personas, pero, por el contrario, nos hemos acercado más a otras. Están creciendo niños que no conocen el rostro de sus maestros porque van cubiertos por mascarillas. Nos crecen niños que han tenido que acostumbrarse a la enseñanza a distancia y a los que nadie les devolverá los dos años de despreocupada infancia. Y que sufren la falta de encuentro entre abuelos y sus nietos. Además, sentimos la mayor tristeza cuando pensamos en el hecho de que miles de personas han extrañado a sus seres queridos en la mesa de Navidad o en la entrada en el Nuevo Año.
Más adelante, la presidenta hacía hincapié en lo que de esta crisis podemos aprender y haciendo referencia a las diferencias ahora existentes entre grupos diversos a causa de la gestión de la pandemia y la vacunación...
Como en cualquier crisis, también ésta es una oportunidad. Quizás nos fortalezca, quizás haga que valoremos mucho más las cosas ordinarias que ahora no podemos tener. Esta es, también, una de las esperanzas que tenemos la oportunidad de cumplir. Se trata de la oportunidad de ser mejores que antes. Me gustaría hoy también resaltar cuántos de ustedes han sabido superarse a sí mismos, ofrecer un compromiso extraordinario o, incluso, sacrificar su salud para salvar a otros. Quisiera agradecer a todos aquellos que han mostrado su solidaridad y que no han perdido la esperanza de que seguir intentando la unión de nuestra Eslovaquia tiene sentido. Resulta que somos más fuertes cuando conseguimos ser responsables, considerados y empáticos a través de nuestras propias convicciones. Por el contrario, en momentos de egoísmo, hostilidad o incluso odio, somos más vulnerables. En ese momento, la atmósfera de la sociedad está cargada no solo por la pandemia en sí, sino que también la contaminamos nosotros mismos.
La presidenta, Zuzana Čaputová, recordaba también la visita del papa Francisco del pasado año a Eslovaquia, refiriendo sus palabras a la forma de salir de esta crisis y realizando un par de peticiones a la sociedad eslovaca
"Todos somos frágiles y nos necesitamos los unos a los otros. Nadie puede aislarse, ni como individuo, ni como nación”, afirmaba el Papa Francisco en su visita a Eslovaquia.
Solo como humanidad y como comunidad podemos enfrentar la mayor amenaza para la salud moderna, lo que requiere la contribución de cada uno de nosotros. Cada uno de nosotros es importante. Requiere un acuerdo sobre los objetivos y los puntos de partida; por mucho que estemos en desacuerdo en otras cosas, deberíamos estar de acuerdo en esto. Todos queremos estar sanos, todos queremos volver a vivir nuestra vida normal. Intentemos por favor encontrar puntos de encuentro en este asunto clave.
Mi segunda petición es: Tratemos de seguir nuestro propio corazón, nuestra conciencia, para ofrecer nuestro rostro más humano. No nos dejemos provocar por discursos de odio. Volvamos a las verdades comprobadas; por ejemplo, no hagamos a los demás lo que no querríamos que nos hicieran a nosotros.
Y hacía un llamamiento a cultivar los mejores valores humanos, para hacer de Eslovaquia un país donde se viva todavía mejor…
Si podemos reprimir las fricciones y los conflictos entre nosotros, nuestra unión será un gran activo no solo para superar la crisis actual, sino también para nuestros esfuerzos a largo plazo. Para hacer de Eslovaquia un lugar mejor para vivir, para nosotros y para nuestros hijos. Recientemente, durante mi visita a Escocia, pero también en otras ocasiones, he tenido la oportunidad de hablar con estudiantes eslovacos. Como razón por la que muchos de ellos todavía no quieren regresar a Eslovaquia, explican no tanto una mala situación económica, sino la conflictiva y mala atmósfera existente en nuestro país.
Por tanto, cultivemos la humanidad, hagamos énfasis en ella ya desde las escuelas. Cultivemos las relaciones entre las diversas comunidades, y en las familias. Construyamos la cohesión y sintamos su valor en nuestro ámbito más cercano, para que podamos trasladarla a todo el país en forma de aporte personal de cada uno de nosotros. Para que nuestra Eslovaquia sea fuerte, resiliente y soberana, y pueda hacer frente a todos los desafíos.
Finalmente, Zuzana Čaputová, presidenta de Eslovaquia, cerraba su discurso formulando sus deseos para los ciudadanos eslovacos en este nuevo año 2022…
En el momento de entrar en el nuevo año 2022, deseo desde el fondo de mi corazón, queridos ciudadanos, que no perdamos la fe en la humanidad y la bondad. ¡Para que con capacidad de colaborar y unir nuestras fuerzas podamos cumplir la esperanza que se abre ante nosotros en el Nuevo Año!
DISCURSO PRESIDENTA 2022
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