Eslovaquia será uno de los países más envejecidos, en lo referente a su población

Según declaraciones efectuadas para la agencia de noticias TASR por el investigador Boris Vaňo, del Centro de Investigación Demográfica, perteneciente a Infostat, Eslovaquia se convertirá gradualmente, en uno de los países más viejos de Europa y del mundo. En la entrevista, Vaňo afirmaba que el envejecimiento de la población eslovaca comenzó en la década de 1980, y se mantiene como tendencia a largo plazo, con una intensidad que va en aumento. “Para el año 2060 el proceso de envejecimiento de la población será irreversible, y se detendrá cuando la estructura de edad de la población ya no se vea afectada por los nacidos antes de 1985”, afirmaba, agregando que para ese año de 2060 la edad media de la población eslovaca aumentará a, por lo menos, los 48 años. Lo que supondrá, añadía, un aumento de unos seis años con respecto a la actual media. A su parecer, solamente un importante aumento de la natalidad podría paliar el envejecimiento de la población eslovaca. En este sentido, considera importante apoyar a las familias con hijos, la conciliación de la vida laboral con la familiar, así como con la maternidad y paternidad, o aumentar la disponibilidad de viviendas para familias jóvenes. Además, afirmaba, “sería importante la toma de medidas que ayuden a mitigar los efectos del envejecimiento de la población. Según el investigador, “el envejecimiento de la población comporta graves consecuencias sociales, sobre todo cuando se produce de forma brusca e intensa, ya que modifica el clima social, y la sociedad pierde impulso. Ámbitos como el mercado laboral, la seguridad social y la sanidad son los más afectados. Además, hay que adaptar los cambios producidos en la sociedad en otros campos como la vivienda, la educación, las infraestructuras o los servicios”, explicaba Vaňo. Según el investigador, el envejecimiento de la población no es una característica específica de Eslovaquia. Se trata de una tendencia mundial, que es más pronunciada en los países desarrollados, donde los nacimientos y las muertes están disminuyendo más que en los países menos desarrollados. Con todo, reconocía que estos cambios están resultando un poco más bruscos en Eslovaquia ya que, según sus palabras, “a fines de la década de los años setenta del pasado siglo, Eslovaquia era uno de los países más jóvenes de Europa".