Casi dos quintas partes de las empresas eslovacas necesitan gas para su funcionamiento

Un total del 37 % de empresas y empresarios eslovacos usan gas para sus actividades empresariales. De hecho, su participación aumenta con el tamaño creciente del negocio. Y según el último estudio, realizado por el banco ČSOB, en colaboración con la agencia Databank, entre cuatrocientos empresarios y representantes de empresas, la mayoría de ellos se verían abocados a dos únicas soluciones en caso de escasez de materia prima, esto es, buscar una fuente alternativa de suministro, o invirtiendo en cambios tecnológicos. Tal y como afirmaba la directora del departamento de pequeñas y medianas empresas del mencionado banco ČSOB, Dáša Polláková, “dos terceras parte, un 67% de ellas podrían continuar con su funcionamiento tras una caída en el suministro únicamente después de una inversión tecnológica importante. Aproximadamente el cinco por ciento de los preguntados reconocieron que su dependencia del gas es tan alta que, por si acaso, disponen de grandes reservas del mismo. Aproximadamente un 38 % afirmaba que podrían superar la situación con solamente pequeños ajustes en sus operaciones o tecnología”. La mayor dependencia del suministro de gas afirmaban tenerla las empresas de transformación e ingeniería, de calefacción, y el comercio, tanto mayorista como minorista. De la misma forma fue realizado un informe similar por el propio banco entre las empresas de la República Checa, que dio un resultado similar, según el cual hasta el 40 % de ellas afirmaban que necesitan del suministro del gas para sus operaciones. Así, de media, una de cada tres empresas checas que utiliza esta materia prima afirma que debería de buscar formas alternativas de suministro, o detener sus operaciones. Únicamente el 4 % de las empresas reconocen tener reservas suficientes de gas. Una cuarta parte afrontaría la paralización del suministro de gas con modificaciones menores en la tecnología utilizada o en los procesos de producción. Y el 37 % de las empresas checas reconocía que necesitaría de una gran inversión para mantener su funcionamiento.