Gracias a la iniciativa de los gitanos polacos y otras organizaciones internacionales romaníes, cada año en agosto Europa celebra el Día de la Memoria del Holocausto Romaní. Esta fecha de celebración fue aprobada por el Parlamento Europeo en 2015 para recordar a las víctimas gitanas del exterminio nazi y de la liquidación en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau el 2 de agosto de 1944.
La etnógrafa e historiadora eslovaca, Zuzana Kumanová, constata que de los 22.000 gitanos europeos que pasaron por ese campo de concentración,19.000 nunca regresaron de allí. La persecución y el genocidio gitano también tuvo lugar en el territorio de Eslovaquia.
Kumanová añade que el curso del Holocausto gitano tuvo características similares en los países europeos.
Con ocasión de esta fecha, el Museo del Holocausto ubicado en la población de Sered ha inaugurado la exposición “Persecución romaní durante el Holocausto”, que estará disponible al público hasta el próximo 7 de septiembre.
La exposición se centra en las medidas que aplicó el régimen nazi contra los gitanos. Nos acerca al genocidio de comunidades, que culminó con la liquidación de un campamento de familias gitanas en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau y, al mismo tiempo, nos muestra la política antirromaní del Estado eslovaco del período comprendido entre 1939 y 1945.
Martin Korčok, director del museo, asevera que es necesario hablar más del genocidio de los gitanos.
El delegado del gobierno para las minorías nacionales, Lázsló Bukovszky, también coincide en la idea de que los trágicos acontecimientos y los horrores cometidos contra los romaníes jamás deben ser olvidados y que es necesario llevar a cabo un debate abierto dentro de la sociedad sobre este asunto. “Es necesario recordar constantemente todas esas tragedias que se cometieron por motivos raciales y étnicos en el siglo XX. Esta es una forma de poder asegurar que la historia nunca se repita. El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”, acotó.
