El funeral del cardenal eslovaco Jozef Tomko, prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, tuvo lugar ayer en la catedral de Santa Isabel de Košice. Según la archidiócesis de Košice, un total de 5.500 personas asistieron al funeral. Entre ellos había 35 obispos de Eslovaquia, Hungría, Bohemia y Moravia, Polonia y Ucrania, 350 sacerdotes y consagrados y unas 80 religiosas. La misa fúnebre fue celebrada por el cardenal y arzobispo emérito de Praga, Dominik Duka. Los concelebrantes fueron el cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo emérito de Cracovia y el cardenal Péter Erdő, arzobispo de Esztergom y Budapest y primado de Hungría. El metropolitano Bernard Bober, arzobispo de Košice, presidió los ritos finales. Al término de la misa fúnebre, la guardia de honor trasladó el féretro a un altar lateral desde donde, inmediatamente después de la salida del público, los restos del cardenal fueron trasladados por el servicio fúnebre a la cripta y tapiados y sellados. La cripta estará abierta al público durante el próximo periodo.
Según la presidenta, Zuzana Čaputová, con la muerte del cardenal Jozef Tomko Eslovaquia pierde a un hombre carismático, una importante personalidad espiritual y un respetado representante de la Iglesia católica. "Ha pasado a la historia como el eslovaco con el más alto cargo en la jerarquía eclesiástica del Vaticano hasta la fecha, pero al mismo tiempo, está inscrito en nuestros corazones como alguien que nos dio optimismo y esperanza", dijo la jefa del Estado en su discurso durante el funeral. "Su misión era potenciar y unir a la gente. La fe, a su entender, se basa sobre todo en la confianza y el amor, y en él caben también los ateos o los seguidores de otras religiones. Como decía, el ecumenismo es un deber de fe para nosotros los creyentes. El deseo de Jesucristo es que todos sean uno", dijo Čaputová.
El cardenal y arzobispo emérito de Praga, Dominik Duka, afirmó que Tomko era un pilar de la Iglesia católica en la antigua Checoslovaquia, como lo demuestran los documentos de archivo de los Servicios de Inteligencia checoslovacos del Estado. "Sus registros sirven para honrar a un hombre que no traicionó ni mancilló su pecho, como dice el poeta", dijo el cardenal checo.
Jozef Tomko era el miembro más antiguo del Colegio de Cardenales. Falleció a los 98 años el lunes 8 de agosto en su apartamento de Roma.
