El asesinato ocurrido en la tarde del miércoles en el centro de Bratislava, y que se cobró la vida de dos muchachos jóvenes y dejó a una tercera persona herida, ha tenido gran repercusión tanto dentro de Eslovaquia como en el extranjero.
El autor de los disparos, un joven de 19 años, después de cometer el acto sangriento, huyó del lugar. La policía lo buscó intensamente, utilizando para ello un helicóptero y perros adiestrados, hasta que fue encontrado muerto al día siguiente por la mañana.
El caso está siendo investigado por la Agencia Nacional contra el Crimen. El fiscal especial Daniel Lipšic afirmó que probablemente el móvil del asesinato haya sido el odio a personas de diferentes razas u orientación sexual y que no hay indicios hasta el momento de que el atacante conociera a las víctimas.
La presidenta eslovaca Zuzana Čaputová, el presidente del Parlamento nacional Boris Kollár, el primer ministro Eduard Heger y otros políticos han expresado sus más sinceras condolencias a los dolientes. También lo han hecho el primer ministro de la República Checa, Petr Fiala, y la portavoz de la Cámara de Diputados del Parlamento checo, Markéta Pekarová Adamová.
Los miembros del gobierno eslovaco también han condenado el trágico acto y se han pronunciado en contra de la intolerancia y las manifestaciones de odio en el seno de la sociedad.
Los partidos políticos de coalición, oposición y extraparlamentarios también han rechazado el odio hacia los grupos minoritarios, han condenado dicho acto y han pedido mayor tolerancia. Asocian el hecho con la polarización de la sociedad.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Eslovaquia, el arzobispo de Košice Bernard Bober, es otra de las personalidades públicas que ha condenado las expresiones de intolerancia racial, religiosa y de otro tipo. Al mismo tiempo, ha pedido a todos que oren por las víctimas y sus familias.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró que lo ocurrido en Bratislava representa una amenaza para cualquier sociedad basada en el respeto y la tolerancia.
Los representantes de las misiones diplomáticas acreditadas en Eslovaquia también han reaccionado ante lo sucedido, condenando cualquier tipo de manifestación de odio. Han resaltado que el apoyo y la defensa de los derechos humanos son parte de los valores comunes que nos unen a todos y de los cuales se fortalecen nuestras sociedades democráticas.
