El arzobispo de Trnava, Ján Orosch, pidió perdón a las familias de las víctimas de la tragedia ocurrida el 12 de octubre delante del club Tepláreň, situado en la calle Zámocká de Bratislava. Este acto se produjo en respuesta a la información publicada en los medios de comunicación a partir de una circular dirigida a los sacerdotes de la archidiócesis de Trnava. El arzobispo quiere reformular la parte problemática del documento. "Ante las reacciones provocadas por mi documento de carácter estrictamente interno, dirigido a los sacerdotes de la archidiócesis de Trnava, deseo expresar mi cercanía a los padres de las víctimas del atentado de la calle Zámocká de Bratislava", dijo Orosch en un comunicado, arrepintiéndose mucho por haber causado involuntariamente dolor en las familias afectadas y en un grupo de la sociedad. "No escribí la circular como una carta pastoral destinada al público", argumentó. "He tocado, repito, no públicamente, sino internamente, el tema de la inocencia interior, ya que todos somos pecadores", añadió. Según los medios de comunicación, en la circular enviada a los sacerdotes el arzobispo Orosch cuestionaba la inocencia de las víctimas del atentado de la calle Zámocká. Aunque Orosch afirmó que el asesinato le había afectado y que el agresor estaba, en su opinión, lleno de odio, admitió que la frase "víctimas inocentes" le resultaba inquietante. A través de algunas preguntas, el arzobispo relacionó indirectamente las víctimas de la tragedia con una posible adicción a las drogas o con una conducta inmoral. La policía se opuso firmemente a las palabras de Orosch. Las calificó de burda manipulación basada en la mentira, que deshumaniza la memoria de las víctimas inocentes y, además, incita al odio y a la polarización de la sociedad. Varios políticos también comentaron críticamente las observaciones del dignatario eclesiástico. El Primer Ministro Eduard Heger las calificó de muy desafortunadas y, aunque formaban parte de un documento interno, cree que es necesario sopesar las palabras en un caso así.
La mencionada tragedia dejó un saldo de dos jóvenes muertos de 23 y 26 años y una mujer herida de 28 años. El atacante de 19 años huyó del lugar del crimen y el día siguiente la policía lo encontró muerto. La tragedia tuvo lugar delante de un bar de la comunidad LGBT.