La miel eslovaca y sus derivados, entre los de mayor calidad del mundo

Tal y como declaraba recientemente Juraj Majtán, científico de la Academia Eslovaca de Ciencias (SAV en sus siglas eslovacas) a la agencia TASR, la miel eslovaca y sus productos derivados se encuentran entre los de mayor calidad del mundo. Con todo, aclaraba que ello no se debe únicamente a la diversidad botánica que hay en Eslovaquia, sino a la experiencia de los apicultores del país. A su parecer, la calidad de la miel eslovaca se evidencia también en los éxitos que tiene en los diversos y prestigiosos concursos que tienen lugar en el extranjero. Ello es fruto del continuado perfeccionamiento de los procedimientos en la apicultura. A su entender, “procedimientos que en apicultura estaban vigentes hace 20 años pueden ya no ser válidos, por lo que se hace necesaria la continua formación y educación”, señalaba Majtán. Para él, el hecho de que Eslovaquia se sitúe entre los mejores países productores de miel del mundo, se debe a la interacción de varios factores. Por ejemplo, que la definición de miel y sus requisitos de calidad están establecidos por un decreto del ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de la República Eslovaca, que contiene límites para las cantidades y para los diversos parámetros físico-químicos. Al mismo tiempo Majtán explicaba que a la miel no se le deben agregar ni suprimir sustancias que la modifiquen. Así, si se modifica la composición natural de la miel, agregándole, por ejemplo, colorantes o enzimas, o se la diluye con almíbar, entonces se puede decir que la miel está adulterada. “Sin embargo, no solo la miel en sí es la que puede ser adulterada, también puede estar falseándose su origen geográfico o botánico”, tal y como categorizaba el científico. En su opinión es prácticamente imposible que la gente reconozca la miel auténtica de la falsificada. “El problema de adulteración de la miel es mundial, y para detectarla se suelen utilizar de forma simultanea diversos procedimientos metodológicos muy sofisticados y rigurosos”, explicaba el experto de la Academia de Ciencias Eslovaca. Señalando, además, que a pesar del uso de métodos cada vez más modernos y complejos la detección de la miel fraudulenta no siempre resulta una tarea que se pueda llevar a cabo con éxito.