Los Altos Tatras están listos para los turistas

La mayoría de los eslovacos continúa optando por la forma tradicional de las fiestas navideñas, las Navidades pasadas “en zapatillas de estar por casa”. Los eslovacos o no tienen dinero suficiente para disfrutar de la Navidad en la montaña o simplemente respetan las tradiciones. Los hoteles de los Altos Tatras están preparados para la temporada de invierno, sin embargo, para las fechas navideñas sólo un poco más de la mitad de ellos están reservados. El fin de año es algo mejor, informó la directora de la Oficina Regional de Turismo de la Región de los Altos Tatras, Lucia Blašková. “Somos conservadores en este sentido”, dijo la directora, “pasamos la Navidad en nuestros hogares, rodeados por nuestros seres queridos”. Pero la Nochevieja ya es del todo diferente, en más de la mitad de los servicios hoteleros las fechas de Nochevieja están completamente agotadas. La mayoría de los hoteles ofrecen un paquete de Nochevieja por un mínimo de 3 noches, y esta es también la duración media de la estancia durante este periodo. La mayoría de los clientes son tradicionalmente eslovacos. Entre otras nacionalidades prevalecen los checos y los polacos. Un aumento significativo de la demanda se ha registrado de Rumanía y de los países bálticos, especialmente de Letonia y Lituania. La demanda procedente de Polonia parece haber descendido ligeramente, lo que puede deberse principalmente a la promoción masiva del turismo y la gastronomía en el lado polaco de los Altos Tatras. Entre otras nacionalidades, últimamente se está registrando un aumento del número de húngaros, de alemanes y de turistas de Gran Bretaña, cuyo número se mantiene bastante alto, probablemente gracias a la conexión aérea directa con el aeropuerto de Poprad-Tatry. Tras la pandemia del coronavirus, la presencia de visitantes ha aumentado, pero en comparación con la situación anterior, igualmente se sigue registrando un descenso en los alojamientos de hasta un 20%. Algunos hoteles han cerrado por completo y también hay restaurantes que no han abierto o no abrirán porque no tiene valor económico para ellos. Además, después del 1 de enero los propietarios de los hoteles esperan que la situación empeore aún, a menos que el Estado tome algunas medidas pertinentes. La razón principal es el coste: debido la subida de los precios de la energía y de los alimentos.