Una agresión con arma blanca en una escuela de Spišská Stará Ves se salda con víctimas mortales

Un estudiante, de 18 años, perpetró ayer una agresión con cuchillo en el instituto de enseñanza de Spišská Stará Ves, en el distrito de Kežmarok, a resultas de la cual fallecieron una alumna de 18 años y una profesora de 51 años. Otra joven sufrió heridas de mediana gravedad y fue trasladada al hospital. Tras el ataque, el alumno sospechoso de tal acto se dio a la fuga durante aproximadamente una hora, siendo finalmente detenido por policía en un bosque situado en las afueras de la ciudad. El presidente del Cuerpo de policía, Ľubomír Solák, informó tras el ataque de que había varios heridos leves. Calificó de muy importante, y con muchos efectivos, la intervención postraumática en la escuela, dado que el incidente se produjo en horario escolar y había mucha gente en el colegio. Según el ministro de Educación, Tomáš Drucker, el alumno acusado tenía un plan de estudios individual y debería haberse sometido ayer a un examen de la junta de estudios. El ministro declaró que haría todo lo posible por esclarecer las causas del ataque, tomar medidas y proteger a alumnos y profesores en el futuro. El Presidente, Peter Pellegrini, calificó el atentado de auténtica tragedia. Señaló que, fuera cual fuera el motivo del atacante, había dejado dos muertos y diversos heridos. Peter Žiga, vicepresidente del Parlamento, afirmó que toda la sociedad debe condenar cualquier agresión y violencia y volver al respeto mutuo, a las normas y la autoridad. Es nuestro deber, dijo, garantizar que nunca vuelva a ocurrir una tragedia similar. El Primer Ministro, Robert Fico, está recopilando todos los datos relevantes sobre el trágico suceso. Según él, es difícil comprender lo que ocurrió en el instituto. El atentado fue condenado por ministros y varios partidos políticos, tanto parlamentarios como extraparlamentarios, que expresaron sus condolencias a los familiares de las víctimas. El Ministro del Interior, Matúš Šutaj Eštok, pidió que se pusiera fin a la propagación del odio en relación con el acto y el ministro de Educación, Tomáš Drucker, pidió que se abordara la tragedia con la máxima sensibilidad y se evitaran especulaciones o conclusiones precipitadas. El Sindicato de Educación recibió la noticia del trágico atentado con profundo dolor y consternación. Pavel Ondek, presidente del mismo, condenó cualquier acto de violencia, más aún cuando se comete en el recinto de una escuela que se supone es un lugar seguro para alumnos, pedagogos y personal. El Comisario para la Infancia, Jozef Mikloško, declaró que el ataque era un doloroso recordatorio de lo frágil que es la seguridad de los jóvenes y subrayó la urgente necesidad de actuar.