Según se desprende de una encuesta de la compañía Edenred, hasta el 80% de los eslovacos afirma comprender que se haya producido un aumento de los precios en el país, debido al impuesto de transacciones bancarias recientemente aprobado. De ellos, hasta dos tercios afirma que es un tema desagradable, pero hasta cierto punto comprensible. Otro 17 % piensa que subir los precios es algo comprensible y está justificado. Sólo el 18 % cree que las empresas deberían cubrir el coste del impuesto sobre las transacciones con sus márgenes comerciales y no repercutirlo en los precios. Al mismo tiempo, la mayoría de los preguntados admite que se avecinan malos tiempos en su trabajo a causa del impuesto. El 35 % espera una ralentización del crecimiento salarial, y otro 13 % se muestra preocupado por la reducción o eliminación de prestaciones laborales. Un 11 % también espera que el desarrollo de la empresa sea más lento, incluyendo una paralización de las inversiones previstas. Solo el 12 % afirma no estar preocupado por el tema y hasta un 29 % no supo hacer comentarios.
Aunque el impuesto sobre las transacciones bancarias no se aplica a las transacciones en efectivo, la mayoría de trabajadores afirma que no se han encontrado con ningún caso en que el empresario afirme el deseo de pagarles el sueldo en efectivo. Únicamente el 1 % de los encuestados afirmaron haber sabido de algún empresario que hiciese esa propuesta y otro tres por ciento afirmaban que les fue mencionado como posibilidad. Sin embargo, un número mucho mayor de personas, hasta el 46 % de los preguntados, se ha encontrado con el caso de que algún establecimiento les solicite que paguen una factura en efectivo. En este caso, un 29 % admitió no tener ningún problema con ello, y el 49 % admitió que dependería de la situación, como la cantidad a pagar o la disponibilidad de efectivo. Una quinta parte de los encuestados preferiría pagar con tarjeta, en caso de ser posible, y solo el 4 % rechazaría terminantemente pagar en efectivo. Según la encuesta, la mayoría de los ciudadanos reconoce haber notado el aumento de precios en los comercios apenas un mes después de la introducción del impuesto sobre las transacciones. El 40 % lo sintió de forma significativa y otro 41 % solo ligeramente. Por otra parte, sólo el 5 % de los eslovacos afirma no haber notado un aumento de precios desde abril. "Es probable que cualquier aumento de los costes afecte de algún modo a los consumidores. La cuestión es en qué momento y en qué medida. Por eso no es de extrañar que las empresas intenten dar prioridad a los métodos de pago que no aumenten sus costes comerciales, para no tener que subir los precios al cliente final", comentaba Lívia Bachratá, directora de relaciones públicas de la empresa Edenred, sobre dicha encuesta, realizada a mediados de mayo sobre una muestra de 1.180 empleados de instituciones y empresas diversas.