Eslovaquia no apoyará la última propuesta de la Comisión Europea de reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 90 % para 2040. Así lo ha anunciado el ministro de Medio Ambiente, Tomáš Taraba, en su cuenta en las redes sociales.
“Estas propuestas ideológicas son una prueba más de que los burócratas de Bruselas han perdido el contacto con la realidad. O bien desconocen la amenaza económica a la que está expuesta la industria europea y, lamentablemente, la eslovaca, o bien la ignoran por completo”, señaló el ministro.
Recordó que representantes de la industria del coche definieron en una reunión gubernamental tres áreas principales que están destruyendo la competitividad del sector automovilístico. En este contexto, citó las estrictas normas sobre emisiones que nadie fuera de la Unión Europea cumple y que encarecen la producción, los altos precios de la energía y la falta de incineradoras de residuos.
“Los políticos de Bruselas y la oposición eslovaca están del bando opuesto en cada punto. Quieren aumentar el precio de la energía con sanciones, debilitan a la industria presionando para que se apliquen medidas más estrictas en materia de emisiones de dióxido de carbono y, atacando la construcción de una incineradora, solo le dicen a la industria: No produzcan nada aquí, váyanse a otro país”, declaró el ministro de Medio Ambiente.
La UE se ha marcado como objetivo alcanzar la neutralidad de carbono en 2050 y la Comisión propone reducir las emisiones hasta en un 90% para 2040 en comparación con 1990. Sin embargo, algunos estados, como es el caso de la República Checa o Italia, no consideran que este objetivo sea realista.
