En horas de la mañana de ayer lunes, dos trenes rápidos colisionaron cerca del municipio eslovaco de Jablonov nad Turňou, en el distrito de Rozňava, ocasionando decenas de heridos de diversa consideración entre los pasajeros. Siete personas se encuentran en estado crítico, 14 con heridas moderadas y 48 con heridas leves.
Los trenes chocaron en un punto donde las vías férreas se cruzan y convergen en una vía única. Tras la colisión, no sólo se han detectado daños en las locomotoras y vagones, sino también en la vía.
Los máximos representantes del país, el presidente, Peter Pellegrini, el primer ministro, Robert Fico, y el presidente del Parlamento, Richard Raši, les han deseado una pronta recuperación a las víctimas del accidente.
Miembros del gobierno eslovaco y representantes de partidos políticos reaccionaron de la misma manera. El presidente de la Conferencia Episcopal de Eslovaquia y arzobispo de Košice, el metropolitano Bernard Bober, junto con el obispo de Rožňava, Stanislav Stolárik, expresaron su cercanía espiritual y solidaridad con todos los heridos y afectados por el accidente.
La Policía ha abierto un proceso penal en relación con este accidente y no se descarta un error humano como probable causa de lo sucedido.
Según declaraciones del secretario general de la Asociación de Uniones Industriales y de Transporte (APZD), Andrej Lasz, solo unos 250 de los 3600 kilómetros totales de vías del país están equipados con el moderno sistema de seguridad ETCS. Al mismo tiempo, agregó que, si el factor humano falla y el maquinista ignora la señal de parada, nada puede evitar una colisión. “Solo los sistemas de seguridad modernos podrían evitarlo”, acentuó.