El pasado viernes se cumplieron exactamente dos años de la formación del actual Gobierno de coalición, encabezado por Robert Fico, y compuesto por los partidos Smer-SD, Hlas-SD y el Partido Nacional Eslovaco - SNS. Se trataba del cuarto Gobierno del actual primer ministro, tras su victoria en las elecciones parlamentarias de 2023, en las que había prometido reducir el precio de los alimentos y garantizar la estabilidad del país. Por su parte, la oposición critica que el Gobierno lo único que ha hecho es aumentar los impuestos y las cotizaciones sociales. Así, el presidente del partido Hlas-SD, Matúš Šutaj Eštok, puso en valor que, en los dos años de gobierno, los miembros de su partido hayan logrado mejorar la sanidad, modernizar la educación, proteger las pensiones y establecer ayudas generales para los gastos energéticos. Igualmente, el partido Smer afirma que el Gobierno ha logrado cumplir el programa a que se había comprometido. Además, según el ministro de Exteriores, Juraj Blanár, se ha cumplido, no solo en el ámbito nacional, sino también en el extranjero: “Hemos llevado a cabo una política exterior segura y soberana, respetando nuestra pertenencia a la Unión Europea y a la OTAN, y esforzándonos por conseguir para Eslovaquia todos los mecanismos que podamos utilizar para protegerla”. Por el contrario, la oposición se ha mostrado crítica con el Gobierno principalmente por el aumento de los salarios de los diputados, la reducción de penas y la aprobación de una pensión vitalicia para el primer ministro. Según ellos, la deuda pública está aumentando a pesar de las medidas de consolidación. Igor Matovič, diputado por el Movimiento Eslovaquia, afirmaba que “han impuesto tres consolidaciones, tres formas de empobrecer a la población quitándoles todo lo que se les puede quitar, subiendo impuestos, aumentando cotizaciones, y subiendo el IVA”. La coalición, por el contrario, considera que durante la mitad transcurrida del mandato ha tenido que hacer un esfuerzo por corregir los errores de los Gobiernos anteriores, debiendo estabilizar Eslovaquia tanto desde el punto de vista económico como financiero, evitando la quiebra de las finanzas públicas, según señalaba Šutaj Eštok. A lo que el presidente del grupo parlamentario del movimiento Slovensko, Michal Šipoš respondía: ¿Cómo es posible que, si afirman que bajo el mandato de Matovič se deterioraron las finanzas, Matovič tuviera mejores calificaciones de las agencias de calificación crediticia que las que tienen ellos? Por su parte Juraj Blanár, ministro de Exteriores, reconocía que las medidas que están tomando son impopulares, pero se hace por responsabilidad. Si no lo hiciéramos, afirmaba Blanár, “Eslovaquia se hundiría todavía más”.
Por su parte, el politólogo Miroslav Řádek también ha evaluado los dos años de gobierno del primer ministro Robert Fico, afirmando que ve en él tanto aspectos positivos como negativos. “Los principales beneficiarios del cuarto gobierno de Robert Fico son los médicos y los profesores, que son los únicos del sector público cuyos salarios están aumentando. Y el ministerio de Transporte está llevando a cabo varios proyectos que mejorarán nuestra comodidad en los desplazamientos”, valoraba Řádek, añadiendo que el ministro de Trabajo, teniendo en cuenta el actual mercado laboral, ha limitado acertadamente la percepción de algunas prestaciones sociales y parece que, en el marco del ministerio de Medio Ambiente se podría avanzar en el saneamiento de una parte importante del territorio. Con todo, ve aspectos negativos sobre todo en el ámbito de la consolidación presupuestaria y la escasa llegada de inversiones extranjeras. “El Gobierno no tiene ninguna estrategia para el progreso tecnológico y ve la prosperidad futura principalmente en la producción industrial”, concluyó el politólogo.
