La gruta de los murciélagos muertos

La gruta de los murciélagos muertos

La gruta de los murciélagos muertos se halla cerca del monte Ďumbier en la zona cárstica de las montaňas de Nízke tatry – Bajos Tatras. Desde el aňo 2001 forma parte de los monumentos naturales nacionales. Para acceder a la gruta de los murciélagos muertos se baja sobre un terreno muy escarpado y las galerías o los pasillos a veces son extremadamente estrechos, por eso durante el recorrido todos los visitantes deben estar inevitablemente atados.

El redactor Erik Šimoňák visitó la gruta y grabó las explicaciones del guía Milan Štéc.

Les doy la bienvenida a nuestra gruta, que de entre las grutas accesibles al público es la que se halla al nivel más elevado. Como habrán notado su entrada se encuentra entre la zona del bosque y la de los pinos enanos. Nos encontramos en un área cárstica de alta montaňa. La entrada, en la que nos encontramos forma parte de las siete entradas más bajas, precisamente se halla a la altura de 1520 metros. El resto de las entradas se hallan en posiciones más altas. De entre las 6000 grutas que tenemos en Eslovaquia, la gruta de los murciélagos muertos es la quinta más larga y la cuarta más profunda. Tiene 21 kilometros de longitud, la humedad es del 100% y la temperatura durante todo el aňo es de 3°C. Por eso, antes de entrar nos hemos puesto una ropa más calurosa.

El sendero de recorrido a menudo pasa por varios escalones de hierro y mientras uno los atraviesa, bajo sus pies hay abismos de entre 2 y 30 metros de profundidad.

Las salas que se originan en las encrucijadas de los senderos o de las galerías, las llamamos auditorios o catedrales. Una de ellas se sitúa precisamente bajo el refugio de Štefánik, y lleva el nombre de catedral de Bystrica. En ella cabría un edificio de viviendas de 10 pisos, puesto que tiene 40 metros de altura, 200 metros de longitud de y 40 de ancho. Nosotros actualmente nos encontramos al nivel de un séptimo piso. Los pisos en este caso se cuentan al contrario, no por arriba sino por abajo. La edad de la gruta se estima en 7 millones de aňos.

A parte de los escalones de hierro, el sendero está dotado de cadenas, barandillas y puentes giratorios.

Nos encontramos en la sala de la lluvia, 100 metros bajo la superficie. Es una encrucijada de tres dimensiones, en la que además de girar hacia derecha, hacia izquierda o continuar todo recto, se puede cambiar la dirección también bajando o subiendo con la misma sensación como cuando uno sube a una chimenea gigantesca o baja de esta por una escalera de mano. Esta sala fue descubierta en el aňo 1981. Las salas están muy limpias, no hay ningun barro, solo los huesos de los murciélagos. La oscuridad aquí es absoluta. Si apagamos las luces artificiales ustedes no podrán ver el dedo que se ponen en cima de su nariz. No se ve nada de nada, ni las estrellas durante la noche.

Durante la adrenalínica visita de la gruta practicamente se alternan los pasillos o galerías estrechas y oscuras con las salas o catedrales.

Nos encontramos en la profundidad de 120 metros bajo la superficie siempre más o menos en el punto del refugio de Štefánik, y detrás de nosotros se halla el monte Ďumbier. Nuestra dirección es la del este y si quieren orientarse mejor deben mirar por arriba hacia la boveda.

En una parte de la gruta hay varias piedras volcánicas amontonadas y rocas derrumbadas. Entre ellas prevalece el ágata de color blanco rosáceo.

Si en el ser humano podemos notar la edad a través de la presencia de arrugas, en nuestra gruta la edad se determina poe medio de estas pilas de piedra formadas por los derrumbamientos.

En algunas partes de la gruta se oye el goteo del agua y a veces se notan pequeňos saltos de agua. Y antes de terminar la visita de la gruta nos paramos en el cementerio de los murciélagos muertos. Puesto que según ellos le ha sido dado el nombre.

Los huesos más jovenes son los que tienen el color blanco nieve. La edad de los más viejos se estima en 6 mil aňos y la mayor parte de ellos provienen de las especies que no habitan más en esta cueva. En esta región hay más cuevas de este tipo y encontrar algun murcielago muerto en ella es algo normal. Sin embargo, encontrar una cantidad tan abundante de estos esqueletos en un lugar solo es del todo excepcional. Por eso, cuando la descubrimos, se nos ocurrió inmediatamente de darle el nombre de la Gruta de los murcielagos muertos.

 

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Ladislava Hudzovičová

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