Hoy les invitamos a pasear por los Pequeños Cárpatos. Más precisamente, visitaremos el castillo de Smolenice. Es el más joven de los castillos de Eslovaquia, fue terminado en 1950. Hoy es propiedad de la Academia Eslovaca de Ciencias. Sin embargo, antes era propiedad de la familia Pálfy. Tenían su mansión en Smolenice. Planeaban construir su castillo en la colina del castillo, en el lugar donde antes se encontraba el antiguo castillo. Comenzaron a finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, llegó la Primera Guerra Mundial, la República, la crisis económica... y todo ello ralentizó la construcción. Finalmente, fue el Estado quien lo terminó, gracias a lo cual se puede utilizar hasta hoy día.
El castillo de Smolenice (en eslovaco: Smolenický zámok) es un castillo situado en la ladera oriental de los Pequeños Cárpatos, cerca de la ciudad de Trnava. El castillo fue construido en el siglo XV, pero fue destruido durante la guerra de Independencia de Rákóczi y, posteriormente, las guerras napoleónicas. En 1777, el conde János Pálffy de Pezinok heredó Smolenice, pero no residió en el castillo debido a su mal estado y falta de dinero para reconstruirlo. El castillo no fue reconstruido hasta el siglo XX, por orden del Conde József Pálffy. El arquitecto Jozef Hubert diseñó el nuevo castillo utilizando el castillo de Kreuzenstein cerca de Viena como modelo, y las obras fueron controladas por el arquitecto Pavol Reiter de Baviera. Durante su construcción hubo maestros de Italia, Alemania, Austria y Hungría, y 60 obreros de Smolenice y pueblos cercanos. El edificio principal tiene dos alas y una torre, y está hecho de hormigón armado. El castillo sufrió daños en la primavera de 1945 durante la Segunda Guerra Mundial, y en ese mismo año el estado se convirtió en propietario del mismo. Se han realizado algunas reconstrucciones después de 1950, y desde el 26 de junio de 1953 el castillo es propiedad de la Academia de Ciencias de Eslovaquia. El castillo sirve ahora como centro de conferencias y solo está abierto al público en los meses de julio y agosto.
Hoy nos dirigiremos a la torre del castillo. La guía turística Martina Andrisová le contó más al redactor Martin Jurčo durante una visita conjunta a la torre del castillo.
Hay un total de 99 escalones en la torre, y son 99 porque los Pálfy poseían 99 castillos, palacios, mansiones y residencias señoriales diferentes. No tenían 100 por el motivo de que en ese caso habrían tenido que mantener al ejército imperial, así que lo idearon de esta manera.
Así que se trató administrativamente de una forma astuta… Ya había ascensores después de la Segunda Guerra Mundial, ¿verdad?
Aquí tenemos un ascensor que nos lleva desde los sótanos hasta el salón azul, por lo que, lamentablemente, no llega hasta la torre, pero lo curioso es que los planes de este ascensor ya figuraban en los proyectos de Jozef Pálfy, por lo que realmente planeaba instalar un ascensor en su palacio.
¿Cuántas plantas tiene esta torre? Si es que se puede decir así.
Esta torre debería tener tres pisos y está construida íntegramente con hormigón armado, es decir, con los nuevos métodos de construcción que conocíamos en el siglo XX, es decir,en la reconstrucción se utilizaron los avances tecnológicos más modernos, aunque no se utilizaron máquinas. La única máquina que se utilizó fue una mezcladora de vapor, todo lo demás se hizo a mano y, según los habitantes de Smolenice, también se utilizó por primera vez en esta región el cemento Portland.
Aquí lo tenemos todo en fotografías, incluso el encofrado de esta torre.
En nuestra nueva exposición, en la que también presentamos la reconstrucción del castillo en imágenes que nos muestran la propia reconstrucción del castillo de Smolenice paso a paso.
Hemos subido unos cuantos escalones más.
Nos encontramos en un balcón que era originalmente diseñado y utilizado por la nobleza del castillo, porque desde aquí se veían los combates de esgrima que se celebraban debajo del balcón.
Aquí llegamos a la parte más alta del castillo, donde tenemos fotografías que datan incluso de principios del siglo XX.
Sí, tenemos una exposición titulada “La reconstrucción del castillo en imágenes”, así que nos muestra realmente cómo era el castillo medieval original y cómo se reconstruyó hasta alcanzar su aspecto actual.
Es interesante que se hayan conservado esas fotos. Quizás tengamos incluso las del año 1910… aquí tenemos la inauguración después de la Segunda Guerra Mundial, ya era una fotografía habitual.
Sí, realmente contactamos con muchas fuentes... tenemos fotografías antiguas de la familia de Štefan Jastrabík, que era un maestro local y también historiador, y coleccionaba todo tipo de cosas relacionadas con los Pálfy, y luego las fotografías más recientes las tenemos de los archivos de la agencia de prensa TASR, o incluso del archivo de la Academia Eslovaca de Ciencias.
Una de las más antiguas es probablemente de principios del siglo XX.
Sí, allí tenemos realmente una imagen de las ruinas en 1900, donde desde el lado sur solo vemos ruinas desnudas: esas ruinas desnudas que se alzaban sobre el pueblo de Smolenice. Las fotografías más antiguas son probablemente de finales del siglo XIX y principios del XX. Las más antiguas datan de 1890 y 1900.
Una de las leyendas sobre el castillo de Smolenice habla sobre el fin del cruel administrador. Gracias a su lealtad a los dueños Erdody, Tobiáš Cseky se convirtió en administrador del castillo. Sin embargo, era un hombre duro e implacable y pronto olvidó quién había sido antes. Exigía mucho trabajo a sus súbditos y le gustaba hacerles sentir su superioridad. Un día envió a un sirviente con una carta a los parientes de Erdody en Prešporok. Sin embargo, este tenía que volver con la respuesta antes de la puesta del sol. No le dieron ni carruaje, ni carro, ni caballo, y no podía llegar a tiempo a pie, pero si no cumplía la orden, le esperaba una cadena de por vida. Desesperado, el sirviente se puso en camino, con la esperanza de que todo saliera bien. Eligió el camino por el bosque, porque le parecía más corto. De repente, apareció ante él una carroza con hermosos caballos, conducida por un viejo cochero. Este entabló conversación con él y le preguntó por qué estaba tan triste. Cuando oyó lo que el administrador Cseky quería de él, no lo dudó ni un segundo. Los caballos no galopaban, sino que literalmente volaban. El sirviente regresó antes del atardecer con la respuesta. Cseky sabía que era una tarea imposible de cumplir, pero la carta llevaba el sello de los señores Erdody. Incrédulo, sacudió la cabeza y, por seguridad, mandó azotar al sirviente. Sin embargo, era de noche y el administrador ya estaba cansado. Quería encender la chimenea porque hacía frío. Cuando echó leña al fuego, oyó: «¡Voy a por ti!». Pero Cseky se mantuvo firme y respondió: «Pues, ven a por mí». En ese momento, apareció ante él el cochero, el diablo, lo agarró de la mano y desde entonces nadie lo volvió a ver. Otra versión dice que le preguntó cómo lo había conseguido el sirviente y, cuando oyó hablar del cochero, reconoció en él al espíritu de un antiguo sirviente al que había torturado hasta la muerte. Se asustó tanto que cayó muerto al suelo. Se dice que el alma de Cseky sigue vagando por el castillo de Smolenice y teme que el espíritu del cochero muerto se vengue de ella. Sin embargo, otros dicen que es el espíritu bueno del cochero, que intenta ayudar a los demás.
Castillo de Smolenice
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