La semana pasada nos dedicamos a las costumbres que en el pasado se utilizaban en los entierros y lutos en el territorio de la actual Eslovaquia. Si bien nos estamos alejando de las fiestas de Todos los Santos y la de los Difuntos, hoy, en la compañía de la redactora Zuzana Botíková, les invitamos a visitar las criptas que esconden las numerosas iglesias de la ciudad de Trnava. Escuchemos al guía turístico, señor Slavomír Dzvonik.
Dado que Trnava tiene una historia sacra muy rica, el tema de las reliquias, muy típico de la fe católica, también está relacionado con la ciudad de Trnava. Las reliquias se encuentran básicamente en todas las iglesias. En esta ruta visitaremos la basílica de San Nicolás. Allí suelo dar a los visitantes una introducción general y les presento la decoración del relicario del altar. A continuación, nos trasladamos a la iglesia de Santa Ana, donde entramos en detalles más concretos, directamente en lo que se encuentra allí, la historia de los santos mártires de Košice y la última parada de esta visita es la iglesia de la Santísima Trinidad, que, desde mi punto de vista, es la más interesante en cuanto a reliquias, relicarios y cosas por el estilo. Porque, por un lado, están los santos mártires de Košice, y por otro, la decoración del relicario del altar y los interesantísimos relicarios de los llamados santos catacumbales.
Los mencionados santos mártires de Košice, Marek Križin de Croacia, Štefan Pongrát de Transilvania y Melichar Grodziecky, originario de Cieszyn, Polonia, murieron el 7 de septiembre de 1619 por negarse a cambiar de fe. Fueron víctimas de los enfrentamientos entre protestantes y católicos durante las guerras con el Imperio otomano. Los golpearon, torturaron y finalmente asesinaron. Arrojaron sus cuerpos a la alcantarilla local. El verdugo local luego enterró en secreto los cuerpos de los sacerdotes muertos durante la noche. El Papa Juan Pablo II los declaró santos durante su visita a Košice en 1995. En la “Roma eslovaca”, como se conoce a Trnava, también hay otros lugares de interés religioso. Por ejemplo, allí se encuentra uno de los osarios más grandes del país.
Tenemos varios osarios en Trnava, pero este es el único que está abierto al público. El osario es un lugar que servía para guardar los huesos del cementerio que estaba fuera de la iglesia de San Nicolás. Fue descubierto durante una investigación arqueológica. Se presenta en el marco de visitas guiadas. Creo que en el futuro será mucho mejor, porque actualmente solo está abierto al público de forma temporal. En el marco de las visitas guiadas por la ciudad de Trnava o previo acuerdo, podemos abrir el osario y contar lo que sabemos sobre él.
Se trata de huesos de los siglos XII y XIII, descubiertos hace unos años por arqueólogos en Karner, que forma parte del cementerio situado detrás de la basílica de San Nicolás, pero, para aligerar un poco el tema, muchos de los espacios subterráneos de la Trnava medieval no solo escondían secretos, sino sobre todo hectolitros de vino. La ciudad se encontraba en una encrucijada de rutas comerciales y a poca distancia de la región vinícola de los Pequeños Cárpatos. Por eso, en Trnava se construyeron amplias bodegas de dos plantas, en las que cabían incluso carros tirados por caballos y que, en la actualidad, son muy visitadas por turistas curiosos.
Trnava es una ciudad ubicada en la zona occidental de Eslovaquia, capital de la homónima región, conocida como la “Roma eslovaca”, gracias a la presencia de numerosas iglesias católicas. Más precisamente hay 13 iglesias: 11 católicas romanas, una evangélica y una ortodoxa. Originalmente la ciudad y toda la región perteneció al Reino de Hungría desde su fundación en el año 1000 hasta después de la Primera Guerra Mundial en 1918, cuando pasó a formar parte de la recientemente creada Checoslovaquia. En 1635 el arzobispo húngaro Peter Pázmányi fundó una universidad en esta ciudad, la cual se convirtió en la primera en la época moderna en el reino de Hungría y el más importante centro cultural del país. Junto a la universidad funcionaba también una imprenta y una biblioteca. Actualmente, Trnava es conocida por su industria de transformados metálicos y alimentaria, en particular azúcar y chocolate. Trnava dispone de una central nuclear y de una planta de fabricación de automóviles de las marcas Peugeot y Citroën. Entre sus monumentos destacan la catedral gótica de San Nicolás, del siglo XIV, el museo y la iglesia barroca de San Juan Bautista de los siglos XVII-XVIII.
Criptas en Trnava
Máte problém s prehrávaním? Nahláste nám chybu v prehrávači.