Čičmany – una joya que lucha por sobrevivir

Čičmany – una joya que lucha por sobrevivir

A pesar de que la población de Čičmany, situada en las montañas Strážovské vrchy, es muy popular y visitada por los turistas, lleva varios años luchando por sobrevivir. Ahora, el Ministerio de Cultura quiere echarle una mano con la instalación de torniquetes. La inscripción exitosa del dibujo geométrico de Čičmany en la lista del patrimonio cultural mundial de la UNESCO también podría aportar fondos al presupuesto.

Čičmany recibe alrededor de 40 000 turistas al año. Especialmente durante los fines de semana de verano, las calles se llenan de visitantes no solo de Eslovaquia, sino también del extranjero. Todos quedan encantados con la arquitectura y las tradiciones locales. La redactora Júlia Kavecká se ha dedicado a este tema.

Precioso. ¿Es la primera vez que vienen? No, no, quizá la sexta o séptima... Siempre que venimos al valle de Rajec, nos acercamos a visitarlo, a mi mujer también le gusta mucho Čičmany.

A pesar de que Čičmany parece ser un municipio próspero que se beneficia del turismo, las arcas municipales están casi vacías. El dinero va a parar a los empresarios locales, no al ayuntamiento, al que a menudo solo le queda limpiar el desorden que dejan los turistas.

Además, hay que segar, mantener el orden, embellecer y plantar flores. Como dijo la alcaldesa Iveta Michalíková, el municipio vive principalmente de los impuestos proporcionales.

Tenemos un presupuesto muy reducido, 2700 € al mes, y nuestros gastos rondan los 8500 €. Por lo tanto, siempre tenemos que cubrir la diferencia con alguna fuente que nos ayude. También contamos con personas muy buenas que nos han ayudado, empresarios, pequeños empresarios, y les estamos muy, muy agradecidos, porque solo así podremos seguir manteniendo las tradiciones en nuestro Čičmany y queremos transmitir estas tradiciones a la siguiente generación, como nuestros nietos, bisnietos, y simplemente para que nunca se pierda lo que crearon nuestros antepasados.

Según Iveta Michalíková, también ayudaría la llegada de nuevos habitantes. Hoy en día solo viven allí algo más de 100 personas, mientras que hace un siglo eran 1400. De ellos, alrededor del 80 % están jubilados, por lo que Čičmany está desapareciendo poco a poco. En el pasado, la Organización Regional de Turismo de Rajecká Dolina tendió una mano a Čičmany y organizó una colecta pública para apoyar al pueblo. Ahora, el Ministerio de Cultura también está buscando formas de apoyarlo. La ministra, Martina Šimkovičová, afirma que están barajando varias posibilidades.

Dado que Čičmany como tal no cuenta con ningún tipo de apoyo financiero, hay otra cuestión que estamos tratando de resolver con la alcaldesa, y es la entrada a Čičmany. Para que este municipio pueda vivir de algo y mantener todo lo necesario para que podamos disfrutar de este patrimonio cultural inmaterial. Por lo tanto, el tema de nuestro debate serán también unos torniquetes que garantizarían la posibilidad de contribuir con alguna cantidad al funcionamiento de este municipio.

Sin embargo, la alcaldesa Iveta Michalíková cree que no se pueden instalar torniquetes en Čičmany, ya que se trata de un municipio de tránsito. Lo que más les ayudaría sería un cambio en la legislación sobre la financiación de los municipios pequeños, especialmente aquellos en los que existe un desequilibrio entre los residentes permanentes y los visitantes. También acoge con satisfacción la iniciativa del Ministerio de Cultura de estudiar la posibilidad de inscribir el dibujo geométrico de Čičmany en la lista de la UNESCO.

Čičmany es un pueblo común. En el pasado la gente de aquí se ganaba el pan criando ovejas, labrando tierra y produciendo pantuflas. La arquitectura típica de aquí con sus maravillosas casas de madera pintadas de una manera particular es conocida en todo el mundo. Además de ella tenemos famosos bordados y extraordinarios trajes populares, también bordados.

Con estas palabras caracterizó el pueblo una de sus habitantes, Natália Dubnicsayová. El original pueblo de Čičmany se encuentra entre las montañas de Strážovce y los Pequeños Fatras – Malá Fatra, situados en el valle de Rajec – Rajecká Dolina. Es el pueblo ubicado a mayor altura en toda la provincia de Žilina. Lo original del pueblo es que sus casas de madera están decoradas con figuras geométricas de color blanco lo que les da una gracia especial. Mencionando el antiguo oficio de las pantuflas continúa Natália Dubnicsayová.

La producción de las pantuflas tiene en nuestro pueblo una larga tradición. En el pasado representaba el único empleo para una gran parte de la población. Merced a la existencia de esta artesanía popular la gente de edad productiva se quedaba a vivir en el pueblo. Sin embargo, la producción de las pantuflas paulatinamente se fue terminando. En la actualidad tampoco se desarrolla aquí producción agrícola alguna, así que la capa productiva de la población desapareció mudándose a las ciudades.

En la actualidad, como ya hemos dicho, el pueblo es habitado por 100 persona y, por supuesto, la edad media de sus habitantes es bastante elevada.

La edad de nuestros habitantes oscila entre 60 y 80 años. De esto se desprende que tenemos una tarea muy importante por delante – y eso es inventar algo para convencer a los jóvenes para que se queden a vivir en el pueblo o para que regresen de la ciudad. De esta manera querríamos parar el descenso demográfico y la amenaza de extinción de Čičmany.

La primera mención escrita proviene del año 1272. Pertenecía al señorío de Považská Bystrica, el cual se ampliaba a través de la colonización de pastores valacos (de la Valaquia rumana). Los habitantes locales se dedicaban originalmente al pastoreo de ovejas y a la preparación y venta de bryndza (queso de oveja eslovaco), posteriormente al trabajo en vidrio y a la venta de tejidos hechos a mano. En el siglo XX hubo un incendio que destruyó muchas casas de la parte norte del pueblo. Gracias a la iniciativa del más conocido arquitecto eslovaco, Dušan Jurkovič, estas casas fueron reconstruidas manteniendo su originalidad por fuera, pero con modernidad por dentro. Las viviendas típicas eran casas arcaicas destinadas para la vida en conjunto de grandes familias. En una casa vivían varias generaciones llegando a contarse hasta 30 o 40 personas habitando las mismas. Las casas eran de una o dos plantas. El tipo de vida era el de grandes familias y las casas nunca se heredaban. Se construían con una base de piedras sobre las que se ponían grandes troncos de madera con techo cubierto de tejas de madera. Las casas normalmente tienen 3 habitaciones: la entrada, la despensa y una única habitación de vivienda. En la habitación había un horno a madera, el humo salía directamente hacia el techo que era lo suficientemente alto. Las casas de los pobladores más ricos eran de dos pisos con galerías exteriores, tenían balcones de madera muy bien trabajados. Lo más particular de las casas de Čičmany son sus decorados en forma de dibujos geométricos hechos con pintura blanca. Originalmente las mujeres pintaban de blanco la unión entre dos vigas. A partir del s. XIX empezaron a decorar toda la casa. Paradójicamente, con toda esta riqueza que tiene, el pueblo continúa luchando con la escasez del interés de los turistas.

Los turistas que vienen por aquí suelen quedarse solo durante un día. Debo admitir que la culpa es del todo nuestra, puesto que aparte de las casas pintadas no tenemos nada que ofrecerles. Faltan las infraestructuras en general, por ejemplo, cuando llueve no tenemos ninguna oferta de entretenimiento. Para mejorar este tipo de servicios necesitaríamos gente joven con ideas y tendencias actuales, pero, como he dicho antes, primero tenemos que revitalizar la composición demográfica del pueblo y luego llegarán también ideas de como detener a los turistas por más tiempo. Paradójicamente, para fomentar el turismo hay que empezar construyendo los jardines infantiles y escuelas para los niños, es decir ofrecer servicios a las familias jóvenes.

En la casa de Raden y en la casa vecina se ha instalado un pequeño museo que muestra el estilo de vida del pueblo en la antigüedad. El principal edifico del pueblo es una iglesia católica de estilo barroco del año 1669. Otro edificio importante es un palacio de estilo barroco – clasicista. En Čičmany hay 36 edificios protegidos por la ley eslovaca como monumentos nacionales. En el año 1997 la parte inferior del pueblo fue declarada reserva de arquitectura popular.

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Galéria

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Ladislava Hudzovičová

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